Caso Sergio Urrego: 10 años después de su muerte
10 años han pasado desde que el país recibió la noticia de la muerte de Sergio Urrego, un joven de 16 años que decidió acabar con su vida producto de las múltiples formas de discriminación que pasó en su colegio: el Gimnasio Castillo Campestre.
Sergio Urrego era un joven apasionado por la literatura, amante del rock y lo caracterizaba su interés por aprender y desarrollar un pensamiento crítico. Algunos de sus autores favoritos eran Edgar Allan Poe, Fernando Vallejo, Karl Marx, Gonzalo Arango y Paulo Freire.
De acuerdo con la página de la Fundación Sergio Urrego, esto lo llevó a desarrollar una “madurez admirable y una apertura total a la comprensión de la sexualidad humana”, donde se identificó como gay, anarquista y ateo.
Fue el 4 de agosto del 2014 cuando Sergio se quitó la vida, tras ser víctima de discriminación debido a su orientación sexual por parte de las directivas de su institución educativa, como la rectora, veedora y psicóloga.
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Todo surgió debido a una fotografía tomada que fue tomada de Sergio con Danilo Pinzón, el chico que le gustaba en secreto, un profesor vio la fotografía y ambos fueron llevados con la psicóloga, Ivón Andrea Cheque.
Según recoge Colombia Diversa: “El colegio le obligó a declarar su orientación sexual, aduciendo que el beso era una manifestación obscena, grotesca y vulgar según el manual de convivencia, y le exigió a la pareja firmar un compromiso de distanciarse”.
Conoce más sobre los hechos sucedidos, en el siguiente video de Colombia Diversa:
Alba Reyes, una lucha por la defensa de su hijo
En el mes de septiembre, fue convocado un plantón en el colegio Gimnasio Campestre en protesta a los actos de discriminación hechos por las directivas y la posición que habían asumido frente a lo sucedido con Sergio, donde asistieron más de 300 personas y miles acompañaron la manifestación en redes sociales.
La madre de Sergio Urrego, Alba Lucía Reyes, comenzó una lucha judicial en contra del colegio, producto de los actos de discriminación hacia su hijo. Según cuenta un artículo de la Fundación Paz y Reconciliación: “Con argumentos fue demostrando, durante siete años, que su hijo había sido víctima de la homofobia de las directivas del colegio. Un testimonio ayudó a que se hiciera justicia”.
En medio de la defensa de Alba Lucía Reyes a su hijo nace la Fundación Sergio Urrego el 23 de agosto del 2015, que “trabaja por prevenir el acoso escolar en todos los ámbitos educativos, así como prevenir el suicidio motivado por discriminación en niños, niñas, adolescentes, jóvenes”.
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“Sergio Urrego era un joven de 16 años, que fue discriminado por su orientación sexual en su colegio. Sergio era un chico pensante, analítico, que, a pesar de su corta edad, leía muchísimo, cuidaba el medio ambiente y tenía un proyecto de vida”, menciona Alba Lucía en una conferencia TEDx Talks.
Así mismo, se logró la emisión de la sentencia T-478 del 2015, que permitió la protección de los derechos fundamentales de Sergio Urrego a la intimidad y el buen nombre, a la igualdad y no discriminación, al libre desarrollo de la personalidad, a la educación y al debido proceso.
Entre otras cosas, ordenó al colegio Castillo Campestre en realizar un acto público de desagravio, una placa conmemorativa, una declaración pública y un grado póstumo; ya que Sergio estaba a puertas de graduarse de bachillerato. Por otra parte, al Ministerio de Educación le pidió conformar un Comité Nacional de Convivencia Escolar, un Sistema de Información Unificado de Convivencia Escolar, entre otros.
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El 3 de mayo del 2021, el juzgado 43 penal del circuito de Bogotá condenó a 10 años y ocho meses de prisión a Amanda Azucena Castillo, exrectora del Gimnasio Castillo Campestre, debido a actos de discriminación contra Sergio Urrego que llevaron a que se suicidará en 2014 en Bogotá.
Durante el juicio, Danilo Pinzón, pareja sentimental de Sergio Urrego, y su familia aceptaron que había presión por parte de la exrectora para radicar un derecho de petición contra Sergio por acoso sexual, a cambio de que Pinzón siguiera estudiando.
“El acoso vivido por Sergio Urrego a su corta edad no lo puede vivir otro niño en el país, la labor fundamental de los establecimientos educativos es guiar a los niños, niñas y adolescentes y transformar esos patrones de discriminación”, indicó el juez.
