A Juancho lo acompañaron Eduardo González en el Bajo - Contrabajo, José Tobón / Saxofón Soprano - Clarinete, Cristian Ríos / Trombón, Carlos Didier Martínez / Percusión 1, Juan Guillermo Aguilar / Percusión 2 , Juan Felipe Arango / Manager Productor Ejecutivo y Gabriel Vallejo como Ingeniero de Sonido.
El resultado más de una década después, se ratificó de nuevo en un encuentro divertido, lleno de sabor, sonidos e historias, en una noche en la que a través de los medios públicos los que ya los conocen cantaron sus canciones y los que no, seguramente irán en busca de más en la red.
La música de los candelarios es para todos los gustos, edades, pensamientos y temáticas, por eso quienes atendieron el llamado se deleitaron con algo de jazz, "Chucu chucu", funk y hasta cumbia rebelde, a propósito la canción mas esperada, comentada y solicitada de la noche.
El vestuario, las risas y hasta la postura de los integrantes de la banda aseguraban diversión, pero a la vez inquietud por descifrar un sonido bien "raro", ese mismo que los llevó a que las nuevas generaciones conocieran una de las mejores canciones del genero de parranda paisa, "Como soy tan raro" , un clásico catapultado por el desaparecido Gildardo Montoya.
Antes de regresar a su propio puerto, el sonido del Mono Loco viajó hasta varios lugares del país, así como llegó hasta la China y así como se robó incluso el corazón de Andrea Echeverry.
Al final, en medio de la fiesta y la algarabía, Juancho Valencia, director de la tripulación confesó el secreto de su éxito, "Colombia es el puerto vecino de Puerto Candelaria y ahí están las historias que los inspiran".