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Agricultura nacional: vidas con sabor a café colombiano

“Un café bueno no necesita endulzante y un café malo no se lo merece”: José Sierra Tejada, representante cafetero.

Por: Fausto García Calderón

“Un café bueno no necesita endulzante y un café malo no se lo merece”. De esa forma José Sierra Tejada, representante de Antioquia en el Comité Directivo y Nacional de la Federación de Cafeteros, se refiere a la forma en que se debe tomar una taza de café.

Recuerda dos cosas muy puntuales, la de la tradición familiar y la forma en que ahora disfruta un café. “Nuestros abuelos y padres eran muy dados a darnos el cafecito con agua de panela, pero si se quiere catar un café, se debe tomar puro para encontrar el verdadero sabor”.

Hablar de café es quizá acercarnos a una de las bebidas más tradicionales que ha acompañado a los hogares colombianos. Actualmente y frente a la situación que vive el país por el aislamiento preventivo obligatorio, para el sector caficultor la producción no ha tenido afectaciones tan duras como otros sectores económicos.

El balance del café

La Federación Nacional de Cafeteros (FNC) anunciaba a inicios de junio que, la producción de café en Colombia en mayo, fue de casi 1,2 millones de sacos de 60 kilos; un 6% de más comparado con el mismo mes del año anterior con un 1,1 millón de sacos. En ese sentido, Roberto Vélez, gerente general de la Federación, ha señalado que en el 2020 Colombia podría superar la producción de los 14 millones de sacos de café. Para Tejada, este es un tiempo en el que se espera una cosecha central favorable.

“El volumen de producción para este periodo será positivo, los precios que tenemos nos respaldan, a 1 millón de pesos la carga nos anima mucho y nos da bastante moral”, señala.

En el caso de las exportaciones de producción cafetera que han logrado mantenerse, se debe tener en cuenta lo siguiente, según José Sierra:

- Importante destacar que el consumo no se ha visto afectado.

- En el caso de la exportación, el cliente debe estar definido.

- Cumplir con los requisitos que confirmen que es un café tipo exportación, esto garantiza que los caficultores puedan vender pequeños volúmenes.

“Las pequeñas cooperativas juegan un papel relevante en todo este proceso ya que con el apoyo de la Federación Nacional de Cafeteros se les brinda las asesorías necesarias”, menciona Sierra.

Una tradición cafetera

Particularmente en Antioquia acaba de pasar la ‘traviesa cafetera’, así se conoce a la cosecha que se recoge en el país en el primer trimestre del año; para Sierra, esta representó el 30% aproximadamente del volumen general de la producción y, en lo que queda del año, se espera recoger el 70% restante.

Frente a la pandemia, que de alguna forma ha puesto algunas dificultades en relación al transporte de café, en las cooperativas lograron solucionar en conjunto este tema con alcaldías municipales.

“En el traslado del café hacia diferentes centros de acopio, logramos conversar con algunos mandatarios locales para facilitar la movilización de cargas de café, toda esta cadena ha garantizado la venta y exportación”, así lo resume el representante de Antioquia en Comité Directivo y Nacional de la Federación de Cafeteros.

Café con sabor tolimense

“El café es mi esencia, es un orgullo haber nacido en medio de montañas y cafetales en tierras tolimenses”. Con este juego de palabras se presenta Yisela Vargas González, cafetera y agricultora de la vereda la Loma en Planadas, Tolima; cuando se le pregunta por el significado y valor de sus cultivos.

En esta zona del país cuando se habla de mitaca, se hace referencia a la cosecha de café; allí en el Tolima se espera que los cultivos que están por darse en lo restante del año, sean tan productivos como los dados en esta primera parte.

“Muchas familias de caficultores y recolectores se vieron beneficiadas y lograron obtener buenas ganancias, otros están pagando algunos créditos con entidades bancarias, tuvimos un gran apoyo entre todas las familias, eso debemos resaltarlo y valorarlo”, recalca Vargas.

En todo este proceso productivo caficultor, las iniciativas que ha logrado liderar Yisela han representado una garantía para el trabajo alrededor del café en Planadas, Tolima. La carnetización ha significado un gran soporte para que los caficultores puedan trabajar acompañados de los protocolos de bioseguridad que, no solo garantice la recolecta, sino que mantenga a la población cafetera sin ninguna afectación por la propagación del coronavirus.

“Hemos logrado que la mayoría de veredas estén carnetizadas para facilitar la movilización, pero con seguridad esta estrategia busca mantenernos a salvo”, asegura ella.

Planadas, ubicada al sur del Tolima, se compone de 35 mil habitantes; por su conocimiento en toda la región, Yisela señala que el municipio cuenta con 13.800 hectáreas cafeteras.

“Cuando es una buena temporada como la reciente se producen aproximadamente de 23 a 25 millones de kilos de café entre asociaciones, comités de cafeteros, comercio común, formal e informal”. Indica que esta es la economía que sobresale en el municipio.

Yisela también es directora de Asoprolomat, Asociación de Productores Agropecuarios de la vereda la Loma en Planadas, Tolima; proyecto y sueño que dio frutos en el 2016, actualmente conformada por 25 familias.

El trabajo de Asoprolomat apoya cultivos diversos como el cacao, plátano, otros trabajos como el de gallinas ponedoras, criadero de peces y huertas caseras. “pretendemos que nuestros campesinos sean conscientes y valoren los cultivos alternos”.

Desde esta tierra tolimense, Yisela seguirá viendo sus sueños como la mejor cosecha de su vida, seguirá viendo estas tierras como aquella que florece sus mejores momentos y en palabras de ella “le seguiremos apostando a nuestro producto protagonista…el café”.

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