Pasar al contenido principal
CERRAR

Papayal: el pueblo que le rinde homenaje al cactus

Esta especie silvestre es la que más abunda en el pueblo guajiro.

Por: Liliana Vanegas

Rendirle homenaje al cactus, especie silvestre que más abunda en el pueblo guajiro, fue el motivo que llevó al escritor y artista Jesualdo Quintero Amaya junto a un grupo de amigos, a organizar una fiesta que congregara no solo a los papayaleros, sino también a decenas de turistas de municipios cercanos de La Guajira, Cesar y hasta del Magdalena.

Y así, hace 29 años inició el Festival del Cactus, uno de los eventos culturales más concurridos del sur de La Guajira, un atractivo de Papayal, el más grande de los diez corregimientos de Barrancas, municipio cuyos habitantes derivan su actividad económica de la economía informal y también de laborar en el complejo carbonífero a cielo abierto más grande que existe en el país.

Papayal, denominado así porque en sus inicios el terreno era un extenso cultivo de papayuelas, está ubicado a dos horas de Valledupar y a hora y media de la capital de La Guajira. Se reconoce también por la elaboración de los dulces típicos más tradicionales y apetecidos de toda la costa y por venerar a San Martín de Porres y conmemorar el Día de la Cruz de Mayo.

“A las candidatas que participaban en el reinado juvenil representando los 15 municipios de La Guajira le entregábamos el Cactus de Oro; organizábamos concursos de decoración de cactus y ofrecíamos una bandeja de iguaraya, fruto de esta especie, cuyo sabor se asimila a la pitaya”, recuerda desde su gran patio frente a la plaza principal, Jesualdo Quintero, gestor del Festival quien mientras lee apartes de su libro de cuentos ‘Memoria del Cardón’, se lamenta porque parte de la esencia de la fiesta ha cambiado.

A pesar que el cactus no es el protagonista principal de este festival, cada año, en la víspera de las fiestas de San Martín de Tours, papayal se engalana para las diversas actividades que siguen congregando a cientos de turistas, quienes conservando la tradición llegan para reencontrarse con otros habitantes, celebrar entre amigos y apreciar los eventos festivaleros.

Desfile cultural y folclórico, festival gastronómico, muestras de dulces, encuentros deportivos, riñas de gallo, reconocimiento a los gestores de este evento y presentaciones musicales de las agrupaciones Farid Ortiz y Carlos Tobío, formaron parte de la variada programación que deleitó a los asistentes de estas fiestas que se desarrollaron del 8 al 10 de noviembre.

Este evento cultural exalta el trabajo de personalidades, en este año, otorgaron el Cardón de Oro, máxima distinción, a Cipriano Pinto, Augusto Hernández, Reinando Durán y Pedro Mejía, reconocidos como ilustres papayaleros quienes agradecieron a Jairo Mejía Bayter, presidente del festival, por el trabajo para el desarrollo del evento.

Este corregimiento ostenta una gran plaza con una moderna tarima, calles en su mayoría pavimentadas y a lo lejos se alcanza a ver las montañas producto de la explotación carbonífera de la mina de carbón.

Alrededor de Papayal hay seis resguardos indígena wayuu, quienes en lengua wayunaiki conocen al cactus como jamuchee, especie silvestre utilizada ancestralmente para purificar el agua, alimentar chivos y reses en época de sequía, preparar alimentos y adornar las casas y calles, es por ello que los papayaleros trabajan para que esta tradición no muera.

La palabra de gallero aún se respeta

Las riñas de gallos tienen algo importante para los guajiros: “allí se conoce la seriedad de la persona, el que apuesta en una gallera es un hombre serio, que cumple lo que promete, de ahí el término palabra de gallero”: señala sentado en la puerta de su establecimiento Armando Hernández Ureche, gallero y criador profesional.

Las riñas de gallo fino son otro de los atractivos de Papayal, la gallera Mingo Hernández, cerca de la plaza principal, es la única del pueblo donde más de 300 personas llegan atraídas por la diversidad de las cuerdas y los gallos finos, criados por don Armando, uno de los homenajeados en el Festival del Cactus, quien recibe a propios y visitantes con entusiasmo y orgullo.

“Aquí llega gente de otras latitudes, nuestra gallera tiene fama, pero lo que más se conserva es que nosotros los guajiros, lo que prometemos lo cumplimos, y eso se nota en este lugar”, dice el gallero sentado en la terraza de su establecimiento mientras recuerda cómo ha mantenido el legado para que el pico y espuela se mantenga en el sur de La Guajira.

ETIQUETAS