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Don Gu, el maestro de instrumentos tradicionales en Tumaco

Gustavo Colorado ha dedicado la mayor parte de su vida a crear y enseñar el el arte de la fabricación de instrumentos tradicionales.

Por: Wilter Cortés

Conmemorar al maestro es reconocer su esfuerzo, su aporte a la formación humana de los pueblos y sus procesos. la cultura también necesita de esas personas que cada día dejan un pedazo de su alma, tallada en un instrumento musical y tejen melodías y aires que viven en la memoria de colectiva de la región.

Con 45 años de vida, Gustavo Colorado o ‘Don Gu’, como se le conoce cariñosamente en Tumaco, Nariño, ha dedicado la mayor parte de su vida a aprender, crear y enseñar el arte de la fabricación de instrumentos tradicionales. El bombo, el cunúno, el guasá y la marimba corren por su sangre.

Al menos 500 jovenes del barrio La Ciudadela, en la comuna cinco del puerto sobre el Pacífico, dan hoy testimonio de como Don Gu, los ha llevado a ese viaje sagrado de tallar a mano un trozo de árbol que terminará siendo compañía de un buen toque de currulao.

“Enseñando se aprende, la musica es mi vida, la musica ha sanado mis heridas, incluso fisicas, porque a pesar de la discapacidad que tengo, a través de la musica he podido andar y conocer muchos rincones del país y varios del mundo”, dice Gustavo mientras su cara demuestra la satisfacción de hacer lo que se ama.

A la edad de cinco años, Don Gu fue diagnosticado con polio, lo que le causó afectación en la movilidad de unas de sus piernas. Aun así, no fue impedimento para prepararse musicalmente y enseñarle a su comunidad los ritmos del litoral.

Nacido en el seno de una familia humilde, como es la realidad de muchos en estos rincones del Pacífico, es padre de un adolescente de 14 años, que, según sus palabras, también quiere seguir por el camino ancestral de hacer y sacarle musica a la madera, el cuero y la chonta.

A pesar de trabajar para el bien de los jovenes de su comunidad, no pudo escapar a la irracionalidad de la violencia y la intimidación que los grupos ilegales quieren instalar en este territorio, haber arrancado a varios jovenes de las garras de los grupos armados, le significó salir de su tierra y refugiarse en la gran ciudad, con las incomodidades que eso conlleva, pero con las herramientas del rebusque y el arte, ahí la va pasando, como el mismo lo dice.

Aprender al lado de los grandes maestros como es el caso de Francisco Tenorio y Crispulo Ramos, entre otros, labraron un camino de buenas costumbres y enormes satisfacciones.

“Yo he visitado muchos municipios del país con mi arte, participé varias veces en Petronio Álvarez y ganamos uno con la agrupación Cueros y Chonta”, afirma Don Gu complacido.

Con las nuevas realidades que vive el mundo a causa de la pandemía, Don Gu mantiene la frente en alto, -eso toca-, dice él, porque el arte no puede dormir, por ahora solo está descansando para levantarse mas fuerte.

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