¡Que no pare el baile!

Por: Jaime Monsalve

En el Día Internacional de la Danza, Radio Nacional habló con cuatro protagonistas de esa escena para descubrir cómo se la llevan con el encierro y cómo luchar para volver a volar.

El 29 de abril es la fecha declarada por la Unesco para celebrar el Día Internacional de la Danza. Desde 1982 se conmemora esta efeméride en homenaje al coreógrafo Jean-Georges Noverre, padre de la danza moderna, con el objetivo de “reunir a todos los que han elegido esta forma de expresión para superar todo tipo de barreras culturales, políticas y éticas y celebrar la danza y su diversidad”.

Si hay una expresión del arte a la que las barreras le molestan es a la danza. Con la misma libertad del viento y la maleabilidad de los tallos, los bailarines del mundo intentan seguir moviéndose a pesar de los bemoles del encierro. La asfixia no sólo es económica, sino corporal. Aun así, los coreógrafos, bailarines y aficionados a la danza del mundo se las ingenian para que no pare el baile.

Juliana Reyes, directora de la compañía de danza L’Explose

¿Qué significa para usted el Día Internacional de la Danza?
Hasta el día de hoy significaba el día de celebración de esta disciplina, del movimiento, del cuerpo y de lo que significa tener una conciencia corporal que se vuelve poesía. Pero hoy, además, se fortalece esa idea pensando que en un momento en que nuestro cuerpo está confinado, en el que la pandemia nos está haciendo ver a los demás y al cuerpo del otro como un enemigo, el Día Internacional de la Danza llega para recordarnos que el cuerpo es el lugar donde reside la vida, el templo creativo que tenemos, no un enemigo.

¿Cómo está transitando la compañía esta época de encierro?
L’Explose está llevando esta situación, espero yo, de una manera creativa. Estamos muy activos y lanzamos justamente hoy nuestra nueva página web, https://www.lexplose.com/. Así sea desde el terreno digital podemos llegar a las casas de la gente con lo que hacemos a través de las obras, del entrenamiento, desde la formación y la creatividad. Ha sido un tiempo de mucho trabajo orientado a reivindicar constantemente lo importante que es tener una conciencia de nuestro cuerpo.

Este año vivieron el triste episodio de la partida del fundador de la compañía, Tino Fernández. ¿Cómo ha sido el proceso de honrar su memoria?
Tino está presente en cada momento que respiro. En este día, pienso en él como alguien que creyó siempre en la creación artística como forma de entender el mundo, y que del mismo modo que podía hacer una obra, podía hacer una tortilla. A mí me transformó la manera de ver el mundo, no sólo por la concepción del arte en la escena sino por la posibilidad de mirar la vida entendida como arte. En ese sentido, Tino fue un creador que amó el cuerpo en todas sus expresiones, y supo hacer del trabajo corporal poesía en movimiento.

Viviana Vargas. Directora de la Escuela de baile Estilo y Sabor, Cali

¿Cómo celebran este año el Día Internacional de la danza?
En esta ocasión la celebración es un poco atípica, porque casi siempre tenemos presentaciones y clases especiales. La escuela está cerrada, por eso lo celebramos vía online con una pieza gráfica bella.

¿Cómo se han adaptado a las actuales circunstancias?
El arte y la cultura en este momento son sectores olvidados. Hace muy poco todos sacaban pecho por el logro de la compañía de baile Swing Latino tras su acompañamiento a Jennifer López en el Super Bowl, y ahora nadie se refiere a este sector. No queremos ser pesimistas, pero se están cerrando la mayoría de las escuelas en Cali. Nosotros estamos apostándole a la tecnología para no perder el contacto establecido con la comunidad. Estilo y Sabor reabrirá sus puertas a partir del 1° de mayo bajo la plataforma Zoom, ofreciendo todas las clases de nuestros programas en formación infantil, juvenil y adulto; obviamente con un costo menor al regularmente establecido y con pago electrónico.

Iván Ovalle, coreógrafo y director de la compañía SoHo Tango

¿Se puede aprender a bailar con clases virtuales?
Nos estamos tratando de reinventar y ha sido un proceso muy complejo, porque la gran mayoría de las universidades no están aún listas para dar clases virtuales de danza. Nosotros estamos buscando cuál sería la manera más fácil, pero nos encontramos con dificultades como los espacios, la falta de internet o el tener que compartir pantalla con más personas en casa. Siempre está también el problema de que el tango hay que practicarlo en pareja.

¿No es esta una buena oportunidad justamente para ensayar otras posibilidades, como la danza en soledad, o un entrenamiento alternativo?
Estamos a punto de lanzar un concurso de solistas de tango hecho desde los hogares. Tenemos la posibilidad de crear este tipo de cosas. Hoy estamos propendiendo por una autonomía en el aprendizaje de la danza. En los salones de baile el aprendizaje se da un poco de manera imitativa, mirando a los compañeros de clase o dependiendo del espejo; pero ahora podemos explorar desde la soledad mucho mejor la técnica. Igual ya no hay forma de estar confinados, hay un momento en que tendremos la necesidad de salir.

¿Cuál es la situación actual?
No pertenecemos a un segmento que esté recibiendo ayuda alguna. No somos estrato 1 o 2, no somos un segmento de nivel de riesgo importante ni pertenecemos a un sector representativo en número dentro de los actores de la cultura. Sí estamos aprendiendo cosas y reinventándonos, pero a largo plazo vamos a vernos enfrentados a problemas serios de supervivencia. El eslogan del Plan Nacional de Danza es “Colombia, un país que baila”, pero no estamos pudiendo bailar.

Erick Estrada. Director de Salsabogo Dance Company, Bogotá

¿Cómo celebran este año el Día Internacional de la danza?
La columna vertebral de la compañía son los ritmos afroantillanos, que trabajamos desde hace 18 años. Regularmente lo celebramos con jornadas académicas, abriendo el ingreso a la parrilla de clases de manera gratuita durante una semana. Nosotros somos los organizadores del Salsa World Competition que estaba programado para el mes de mayo, que ya ha generado pérdidas de producción.

¿Cómo se han adaptado a las actuales circunstancias?
Nos hemos visto en la obligación de cambiar la dinámica pedagógica, incursionando en la enseñanza online. Sin embargo, es una situación bien difícil, una crisis grande, porque el baile y la danza no son actividades de primera necesidad. Aunque tenemos el ánimo arriba y esperamos que la situación se resuelva pronto, considero que muchas escuelas van a tener que cerrar, en el corto plazo.