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Baile y amor, dos herramientas contra la violencia en Quibdó

Tanto Jhonatan como el Profe Hernán aseguran que la docencia es una bendición y que a través de ella se puede ayudar a mejorar los contexto.

Por: Francisco Palacios.

Dos giros, un salto, encoje su pierna derecha y estira la izquierda en dirección contraria como bien lo hacia el ya legendario Michael Jackson. Esto lo hace al son de mezclas musicales denominadas regionalmente como ritmo exótico. Detrás de él, se encuentran ocho jóvenes que intentan aprender la coreografía.

Su nombre es Jhonatan Martínez, más conocido como ‘Bonnay’ y quien dedica sus tardes a compartir sus conocimientos en danza con más de 270 jóvenes de uno de los sectores más deprimidos del Chocó, el denominado Reposo 2, o como ellos prefieren llamarlo, el 2 mayo de la ciudad Quibdó.

El sector donde la corporación Black Boys Chocó desarrolla sus actividades artísticas ha sido duramente golpeado por la violencia, al igual que el resto de la ciudad. Según cifras de Medicina Legal, en los últimos 10 años en Quibdó se han registrado al menos 100 asesinatos en promedio anual. El 90 % de los fallecidos eran jóvenes que no superaban los 28 años de edad, es por esto que Jhonatan y sus compañeros, le apuntan a reducir la participación de los jóvenes en la violencia del territorio.

Foto: Cortesía.

En este mismo sector y hasta cuando se decretó el cese de actividades académicas en las instalaciones de los centros educativos del país por parte del gobierno nacional, como una medida de prevención de expansión de la Covid-19, un grupo de docentes liderados por el profe Hernán David Córdoba, docente de la Institución Educativa Isaac Rodríguez Martínez, recibían a la entrada del claustro educativo a cerca de 900 estudiantes con un abrazo, sí, un abrazo.

“La escalada de violencia y la participación de algunos jóvenes del sector en la misma, provocaron la estigmatización municipal de los habitantes de los barrios Reposo 1, Reposo 2, Reposo 3 y con ello, la baja autoestima estudiantil, razón por la cual el amor se ha convertido en su arma para vencer el temor juvenil”, relata el profe Hernán.

Jhonatan no solo ha ejercido como tutor en danza para los jóvenes del sector, sino que además, ha incursionado en la actuación a fin de mostrar la escalada de violencia de la ciudad y como esta ha afectado a centenares de jóvenes del Reposo. Sin embargo, el pasado 19 de febrero de 2018 la vida le jugó una mala pasada, en medio de una grabación cinematográfica donde se recreaba un asalto a local comercial, Jhonatan y dos compañeros resultaron heridos a manos de un agente de la Unidad Nacional de Protección, mientras rodaban escenas de una película en pleno centro de la capital chocoana. El hecho puedo costarle la pierna y el trabajo adelantado.

“Yo no podría dejar el baile” relata Jhonatan al recordar el hecho, “si yo hubiese perdido la pierna, así fuera en silla de ruedas seguiría enseñando, porque son muchos niños que siguen mis pasos”. Y no está lejos de la realidad, el lugar donde practica la corporación es un espacio abandonado que han recuperado entre los jóvenes que la conforman y que hoy en día sirve de lugar de ensayos, refugio y escenario de nuevas realidades.

Hoy Jhonatan recorre las polvorosas calles de los barrios Reposo 1, 2 y 3 de la ciudad de Quibdó, llamando a los jóvenes a integrarse y refugiarse en el arte, como una manera de escapar de la espiral de violencia y de la realidad de necesidades que rodea al sector.

“Yo me conformo en ver a un joven sonriendo. En haberlo sacado de las malas influencias, ese es mi pago” cuenta Jhonatan mientras sonríe. Pero rápidamente su expresión facial cambia, frunce el ceño y en tono serio esgrime “cuando yo escucho que asesinaron un joven en el Reposo, eso me llena de mucho coraje y me echo culpa porque pienso que no trabajé lo suficiente para salvar a una mente que se fue”.

La motivación de Jhonatan es similar al motor del profe Hernán, al considera la “educación como eje transformador de realidades, combinando la estrecha relación entre el cuerpo y mente, entre la condición y la emoción, además de los efectos emocionales que hay en contextos vulnerables, los cuales afectan a toda la comunidad educativa”.

Es por eso que el profe Hernán ha desarrollado el proyecto ‘En la escuela sí está mi combo’, que combina la educación emocional y la pedagogía del afecto, proyecto que no solo se implementa en el sector del Reposo, sino que, ha comenzado a ser replicado en diferentes sectores de la ciudad.

Tanto Jhonatan como el profe Hernán aseguran que la docencia es una bendición y que a través de ella, se puede ayudar a mejorar los contextos sociales.

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