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Soacha Pide Vida: espacios para escribir nuevas historias

Mediante la cultura hip hop la Fundación Soacha Pide Vida busca alejar a jóvenes del municipio de las problemáticas sociales.

Por: Diego Cuervo.

El hip hop puede parecer solo un género musical, incluso tormentoso para los oídos de algunas personas y generalmente estigmatizado por las vestimentas que utilizan sus exponentes. Sin embargo, talleres de técnica vocal, danza urbana, break dance, grafiti y otros más, han sido los responsables de que más de 300 jóvenes en Soacha le estén haciendo el ‘quite’ no solo a problemáticas sociales, sino también intrafamiliares.

Soacha Pide Vida es un espacio diverso y alternativo que durante más de 4 años, viene acogiendo a niños y jóvenes que anhelan encontrar un lugar donde se puedan expresar libremente y mostrar al mundo entero los talentos innatos con los que nacieron.

Foto: Trojan Salgado.

Maicol González es un joven de 17 años cuya pasión por el skateboarding la tiene desde pequeño. El carisma y la sencillez son sus grandes características, y a través de los trucos y piruetas en las rampas quiere demostrar que el deporte extremo no es sinónimo de vagancia o delincuencia.

“Llegar a la fundación cambió mi perspectiva y estilo de vida. Siempre quise montar tabla, pero no tenía dónde hacerlo, y lo necesitaba para alejarme de cosas y personas que me hacían daño”, cuenta Maicol.

Expresiones de vida, amor y respeto

Estos jóvenes día a día vienen fortaleciendo sus capacidades, sus sueños, y tienen muy claro que un futuro provisorio solo lo conseguirán con educación, amor propio y trabajo en equipo.

Geovanny Bryan, profesor voluntario de danza urbana, ha sido testigo fiel de los cambios positivos que han podido lograr los chicos del municipio. Sin recibir un sueldo, una prima y mucho menos cesantías, dedica cinco horas semanales de su tiempo para enseñarles a los chicos que lo importante no es solo bailar, sino dejar un mensaje positivo mediante ello.

Foto: Trojan Salgado.

“En mis clases he recibido chicos con problemas de depresión, de consumos, jóvenes que no tienen interés en estudiar. Darles la oportunidad de cantar o bailar lo que les gusta, además de brindarles un abrazo o una voz de apoyo, los anima y los impulsa a construir un proyecto de vida”, señala Geovanny.

Según datos de la Alcaldía Municipal, en lo que va del año 2018 se han presentado 20 de casos de suicidios, 300 casos de deserción escolar y 90 madres adolescentes entre los 14 y los 17 años. Cifras que preocupan y exigen intervenciones efectivas que cambien la ruta de las próximas generaciones.

Cambiando estereotipos e imaginarios

Andrés ‘Jordán’ Orozco, director de la fundación, es quien busca intervenir dicha ruta, aportar al futuro de los jóvenes soachunos. Construir en una bodega desocupada salones, conseguir instrumentos musicales, equipos de sonido y todo lo necesario para poder enseñar, solo con algunas donaciones y amigos que querían unirse a la causa, era algo que muy pocos veían posible.

“Nuestra intención al crear la fundación era dejar una huella en el municipio, para que la gente se diera cuenta de que los raperos no son vándalos, que Soacha no es solo trancones o delincuencia, sino que hay gente buena y con mucho talento por potenciar”, cuenta Jordán.

Para David Bernal, un joven grafitero del municipio, Soacha Pide Vida es su segunda casa, donde ha encontrado verdaderas amistades y espacios que le alegran la vida.

“Antes de conocer a Jordán y la fundación, mi vida era desordenada, sin motivaciones, sin sentido, pintaba, pero sin inspiración. Ahora soy una nueva persona, con ganas de luchar y representar al hip hop por todo el mundo”, relata David.

Foto: Trojan Salgado.

Impacto de esta labor social no ha llegado solo a los jóvenes, sus padres y círculo social también se han visto atraídos por los procesos. Mejorar esas relaciones entre padre e hijo, entre amigos de colegio y vecinos de barrio, es otra de las premisas. Actualmente 70 padres de familia son los que se han vinculado a estos procesos culturales y sociales.

Sandra Diaz es madre cabeza de hogar, que junto con su hija Laura, ha pasado la página de la soledad y la tristeza para comenzar a escribir una historia de amor, respeto y solidaridad familiar.

“Anteriormente mi hija y yo éramos muy distantes, las dos vivíamos de mal genio y peleábamos mucho. Compartir los talleres juntas, acompañarla a sus presentaciones y compartir con los demás chicos, nos hicieron recapacitar, ser más tolerantes y apoyarnos en todo momento”, señala Sandra.

El hip hop de Soacha

A lo largo de estos años de trabajo, los jóvenes de Soacha Pide Vida se han ganado la admiración no solo por las personas del municipio, sino de otras partes del mundo.

Su talento ha traspasado las fronteras, llegando a países como México, Ecuador, Estados Unidos y recientemente Guatemala, gracias a diferentes festivales que han querido tener en su repertorio a estos hijos de la tierra del sol varón.

Foto: Trojan Salgado.

La interacción con personas y sociedades de otros lugares del mundo ha despertado la motivación de los extranjeros por conocer el municipio de Soacha. Por ver con sus propios ojos los procesos que se vienen adelantando con los jóvenes y en algunos casos, apadrinar a aquellos chicos que cuentan con un gran talento y necesitan esa ayuda extra para convertirse en grandes exponentes artísticos colombianos.

David Steven, más conocido como ‘Davten Mc’, lleva 5 años escribiendo e interpretando canciones de hip hop y jamás imaginó salir del país para cantar su música.

El joven que lleva 2 años en la fundación, tiene canciones con mensajes positivos, que motivan a tener buenos hábitos social y de respeto por el prójimo. Gracias a las habilidades que ha desarrollado en los talleres de técnica vocal, ha despertado el interés de varios productores del municipio y, sin duda, es un ejemplo para aquellos que apenas van llegando a la fundación.

“Para conseguir los sueños hay que trabajar muy fuerte y cuando llegué a México me di cuenta de que eso era verdad. Fue una experiencia muy linda que me marcará toda la vida”, recuerda joven músico.

Foto: Trojan Salgado.

El propósito de la fundación es poder llegar a todas las comunas del municipio e impactar a muchos más jóvenes, a que ellos se conviertan en portadores de mensajes positivos y grandes testimonios para la sociedad.

Mientras tanto, en Soacha Pide Vida se seguirá bailando por el amor, pintando por la amistad, creando por la reconciliación y cantando por la paz y la armonía de este territorio.

La tierra de la almojábana y la garulla se ha venido labrando su propio camino para salir y mostrarle a todo el país, que en Soacha se están escribiendo nuevas historias.

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