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La lucha por salvar de la extinción al Cocodrilo del Orinoco

Funcionarios ambientales sostienen que hay 400 ejemplares para repoblar esta especie.

Por: Jeisson Cañón

El cocodrilo llanero se viene recuperando de la extinción desde el trabajo entre comunidades e instituciones que buscan la conservación de esta especie endémica de los Llanos Orientales, considerado el rey de las llanuras inundables de Colombia y Venezuela.

A esta especie la ha estudiado desde hace más de 20 años la Universidad Nacional, Cormacarena y el Ministerio del Medio Ambiente, y han logrado identificar lugares con escasa población en los departamentos de Arauca y Meta.

Wíllinton Martínez Barreto, ingeniero ambiental y funcionario de la Universidad Nacional, mencionó que “se vienen identificando áreas potenciales de liberación en ríos del llano como Meta, Manacacías, Guayabero, Buda, Losada y Guarrojo”.

Aunque hay datos escasos de estos animales en su medio natural, Martínez aseguró que “se han presentado avistamientos silvestres en ríos como el Manacacías y Losada, en los cuales se identificó presencia de no más de seis individuos”.

“Pero con el pasar de los años y el trabajo con comunidad, se han venido identificando más en la zona de la Macarena, donde se presume que hay aproximadamente 30 ejemplares”, agregó.

El rescate de la extinción ha sido un objetivo trazado por las diferentes comunidades de las áreas de asentamientos de esta especie y algunas entidades que apoyan esta causa, también está contemplada en el Plan Nacional de Conservación, así como en planes de gestión de fauna y flora silvestre de la Orinoquía.

Cocodrilo anidando en playa. Foto: cortesía de Cormacarena.

“Inicialmente, el proceso de recuperabilidad se estableció con un estudio de genética, luego se determinó como podría ser las liberaciones seguras y la reintroducción a la vida silvestre”, explicó Iván Darío Escobar, profesional y especialista ambiental.

“Los patrones de desplazamiento y adaptabilidad al medio natural luego de haber nacido en cautiverio eran unos de los principales miedos para llevarse a cabo con éxito esta recuperación”, agregó.

En ese sentido, para la liberación en entornos naturales óptimos del desarrollo de la vida natural del cocodrilo, “se comenzó un seguimiento al comportamiento de los animales, así como la identificación de nuevas áreas para liberar e involucrar a más comunidades, con el fin de que los resultados de todo el trabajo adelantado se conserven”, dijo Escobar.

Causas del peligro de extinción

Los llaneros siempre han convivido con los cocodrilos, solo que por la baja cantidad y por dinámicas de las comunidades, ellos viven escondidos. La pesca indiscriminada, y con elementos no tradicionales de caza que afectan especies acuáticas mayores, ha sido una de las principales amenazas para estos animales.

Y es que hasta los años 60’s la explotación comercial arrasó las poblaciones de cocodrilos en gran parte de su área de distribución. A partir de la década de los 70’s, se han estado reproduciendo en cautividad en Colombia y Venezuela con el objetivo de introducirlos en su hábitat natural.

Pero desde 1996, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera al cocodrilo del Orinoco como una especie en peligro crítico de extinción.

Cocodrilo anidando en playa del río Manacacías. Foto: cortesía de Cormacarena.

Martínez también reveló que hay 400 ejemplares para repoblar esta especie y sacarla en unos años de esta lista negra, pero que se requiere inversión económica para poder ejecutar estas liberaciones.

¿Cómo es el cocodrilo?

Conocido como caimán del Orinoco o caimán llanero, es realmente una especie de cocodrilo endémica de la cuenca del Orinoco, una de las más grandes del mundo, pues puede alcanzar una longitud máxima de siete metros, hecho que lo ubica en la cima de la pirámide alimenticia de los llanos.

El Crocodylus intermedius, su nombre científicamente, se caracteriza por tener un hocico más delgado que otras especies de cocodrilos, a excepción del Gavial. Su tronco, robusto y aplanado, es más ancho en la parte central que en los extremos.

Por su tamaño, podría ser un riesgo para pobladores, pero el llanero criollo siempre ha convivido con estos animales. Por eso saben que en épocas de apareamiento necesitan playas para anidar y se les debe respetar ese espacio.

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