María Concepción Loperena, la patriota de la costa Caribe

Por: Yohomar Navarro

En la Provincia de Santa Marta, que envolvía la costa norte colombiana, María Concepción Loperena Ustáriz De Fernández de Castro, una realista que se convirtió en patriota, luchó por la independencia del régimen español y se atrevió a dar el grito por la libertad de la región al régimen despótico de la monarquía.

“Fue una heroína. Es la verdadera heroína de la independencia de toda esta región”, expresa el sociólogo e historiador Álvaro Castro Socarrás. Y es que La Loperana -como se le conoce en Valledupar, su ciudad natal- nació a mediados del siglo XVIII, hija del Sargento Mayor español don Pelayo Loperena y de doña María Josefa Ustáriz de origen venezolano.

Estuvo casada con el teniente gobernador don José Manuel Fernández de Castro y Aguilera, quien nació en Santa Marta y llegó a Valledupar con el encargo de gobernador, y con quien tuvo siete hijos. Una vez enviudó, esta mujer impulsó el movimiento independentista del Valle de Upar, iniciado el 21 de mayo de 1810 y logrado finalmente el 4 de febrero de 1813 con la declaración de la Independencia de Valledupar.

“Como mujer es definitivamente la figura más sobresaliente del Caribe colombiano. Y si analizamos cuidadosamente todos los documentos, es la mujer más importante de la independencia de Colombia entera, porque hizo un trabajo sistemático de principio a fin para declarar la independencia de su ciudad hasta manifestarse a la hora de redactar y firmar su testamento en favor de la libertad. De hacer obras en bien de la gente y de declarar la libertad de sus esclavos. Nadie la iguala”, afirma Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, abogado, escritor, investigador e historiador.

Su aporte a la gesta libertadora se dio en Chiriguaná, hasta donde Loperena llegó a reunirse con el libertador Simón Bolívar, allí le comunica que está afianzada a esos dos principios y que les dará la libertad a cientos de esclavos de sus haciendas para hacer acorde su pensamiento con el de Bolívar. Por tanto, recibió órdenes precisas del libertador para hacer el pronunciamiento, indica la antropóloga Ruth Ariza.

En efecto, a su regreso reunió al pueblo en la plaza, hizo un bando público y reunió al Cabildo de Justicia y Regimiento y allí leyó, con voz arrogante y sin miedo alguno, las instrucciones recibidas del libertador Simón Bolívar. Acto seguido se levantó el acta de independencia de la ciudad, indican los historiadores. Aunque le costó mucha persecución, le tocó huir y hasta las autoridades realistas le confiscaron sus bienes. Pero nunca desmayó en su objetivo de lograr libertad.

Simón Bolívar, en una carta dirigida al Gobernador de Santa Marta, Luis de Rieux, el 18 de junio de 1824, escribió sobre María Concepción Loperena de Fernández de Castro: “Los triunfos alcanzados por las fuerzas libertadoras en Valledupar, Riohacha y Chiriguaná pertenecen exclusivamente a doña María Concepción Loperena, que vivía en Valledupar, quien fue el eje de diamante sobre el cual giraban los destinos de la Provincia de Santa Marta en los momentos más difíciles de su historia”.

Loperena fue precursora de la educación pública en Valledupar. Por tal motivo el general Santander creó uno de los primeros colegios públicos que funcionó en el antiguo convento de Santo Domingo con el método Lancasteriano.

Falleció en 1835 y dice su testamento, según investigaciones de Ariza, que ella ayudó a Simón Bolívar moralmente con las primeras bestias, ropa para la tropa y ganado para alimentar a la tropa. Por eso es considerada una heroína defensora de la libertad, de la educación, la igualdad y dedicada al servicio a la comunidad.

En su honor, el principal centro educativo público de la capital del Cesar lleva su nombre. Y en uno de los apartes del himno del Cesar se menciona a la “ilustre matrona, la gran Loperena", y cada 4 de febrero y 20 de julio se evoca el importante papel que protagonizó esta heroína.