Más de 800 mil personas reportan haber ingerido algún tipo de sustancia psicoactiva en el último año, según el Estudio Nacional de Drogas. De estas, al menos 350 mil padecen un consumo problemático. Es decir, que tienen una dependencia con cerca de 280 mil casos en hombres y 70 mil en mujeres.

Las regiones más afectadas de Colombia por adicción a estas sustancias son el Eje Cafetero, Antioquia, Amazonas, Bogotá, Cauca, Norte de Santander, Valle del Cauca y Cundinamarca. Sin embargo, una alerta nacional se deriva del consumo de alcohol que inicia sobre los 8 años, especialmente en zonas rurales. Vaupés, Boyacá, Chocó y Casanare son las regiones donde 1 de cada 5 personas presenta un consumo de riesgo o perjudicial.

Estas cifras obedecen tan solo a una muestra de población y dan cuenta de quiénes aceptan su consumo de drogas; pero existe un subregistro nacional de aquellos que por miedo, vergüenza, por evitar ser juzgados, estigmatizados o porque piensan que su consumo es controlado, omiten hablar del tema.

Para el Ministerio de Salud, existen tres patrones de consumo: a temprana edad, en todos los grupos de edad y predominio por la ingesta de sustancias, pues el 50 % de los consumidores inician a los 13 años con tabaco, marihuana y alcohol.

De lo anterior deriva que en tiempos de pandemia por Covid- 19 aumentó en la población adicta el denominado ‘síndrome de abstinencia’, que genera síntomas, dolores físicos y psíquicos, cuando se retira de forma brusca o disminuye el consumo de una droga.

Con base en esto, se conoce que hubo disminución en la oferta de productos psicoactivos, especialmente marihuana, aumentado entonces su precio, sumado a cambios en los canales de distribución; otros, se vieron limitados porque dentro del hogar se desconoce su adicción.

La situación generó un aumento en atenciones y consultas médicas, de acuerdo con un informe de la cartera de Salud, denominado ‘Relación entre los riesgos en salud mental y el nivel de resiliencia, en población colombiana mayor de edad, durante la pandemia por Covid-19’, que tomó una muestra de 19 mil personas y dedujo que se requería adecuar hacia la virtualidad la atención para esta población, pues hubo un aumento en el consumo de sedantes, cannabis, alcohol y tabaco.

El siguiente video muestra las experiencias, procesos y barreras que existen para personas adictas en Colombia, el por qué estigmatizar su enfermedad complejiza una posible cura y los problemas de un proceso tardío, incompleto o impagable.