“En algunas zonas rurales del país, del 100% de población menor de edad, un 40% estaría consumiendo algún tipo de droga psicoactiva”, indica el Estudio Nacional de Drogas 2019.

El consumo estaba concentrado en grandes ciudades como Medellín, Bogotá, Cali, Cartagena y Cúcuta, según informes que datan del año 2003 del Observatorio de Drogas de Colombia. Sin embargo, en los últimos 10 años, la Oficina de Naciones Unidades Contra la Droga y el Delito ha reportado que no hay información clara de Estado al respecto, pero señala que sí existe una expansión del consumo hacia zonas rurales.

En áreas de siembra de hoja de coca y marihuana principalmente se han hallado muestras de consumo principalmente en menores de edad pero ¿qué derivó esta situación en estos puntos del país?

La pandemia por Covid- 19 generó desocupación de carreteras, pasos fluviales y aéreos, a raiz de las cuarentenas estrictas. En áreas rurales hubo aumento de retenes que restringieron el tráfico de drogas hacia las fronteras por parte de grupos armados ilegales. Esto conllevó al uso de niños, niñas y adolescentes como señuelo para transportar drogas pero con un agravante: incitando y promoviendo la adicción a drogas psicotrópicas, método al que se le denomina hormigueo.

A esto se suma una comprobable falta de presencia estatal, que genere estímulos en población joven sobre su formación académica y desarrollo social, en función de la productividad de su región; pues en varios escenarios son los grupos armados ilegales quienes dominan estas áreas.

La siguiente denuncia deja al descubierto los métodos de reclutamiento de menores de edad para el transporte de drogas ilícitas, además del consumo de sustancias psicoactivas en zonas rurales por adicción y factores socioculturales.