En el tradicional barrio Abajo de Barranquilla las matronas palenqueras son las encargadas de ponerle el sabor a la comida. Con sus saberes ancestrales, estas muejeres han transmitido de generación en generación las preparaciones de deliciosas recetas que incluyen sancochos, asados, fritos y dulces manjares como el turrón de ajonjolí. 

Iveth Herrera Miranda lo define como una fuente de energía que tiene muchas potencialidades “una de ellas es que da fuerza. La fortaleza sirve para el enamoramiento. Cuando te comes un turrón de ajonjolí, te provoca besar, entonces es afrodisíaco”, dice entre risas. 

Desde muy niña, Iveth aprendió el arte de la cocina. “Mi mamá nos ponía en la cocina a ayudarla, ella cocinaba con leña. Mi mamá hacía cocadas, alegrías, hacía bollos de mazorca, bollos de angelito, dulces de papaya y allí nos enseñó a hacer todas estas delicias”. 

Pero, ¿qué se necesita para preparar un turrón de ajonjolí?, Iveth nos explica: “los ingredientes que vamos a usar son ajonjolí, panela, agua y maní. Anoten la receta y el paso a paso para que puedan hacer estos manjares desde sus casas”.

-Receta turrón o cocada de ajonjolí -

Primero debemos tostar el ajonjolí en un sartén o una olla hasta que se dore bien, y las semillas suenen mientras se tuestan, después de esto se dejan reposar. 

Luego, en otra olla con agua caliente, echamos la panela para que se disuelva y comience a hacer la melcocha. Es decir, hasta que tome consistencia acaramelada. 

Cuando ya la panela toma su punto, se le echa el ajonjolí tostado, se mezcla hasta que se integren bien y después se agrega el maní.  
Con una cuchara de palo, se revuelve la mezcla para que no se pegue en la olla. 

Esta mezcla se deja hervir hasta que llegue a su punto máximo de cocción. Posteriormente se echa en un molde. 

Antes de que esté totalmente endurecido se cortan los pedazos en el mismo molde, dejando marcado nuestros turrones de ajonjolí, y dejamos reposar por varias horas.

Finalmente, desmoldamos los turrones, los empacamos en bolsitas. Podemos comerlos directamente o los emplatamos, a manera de postre con helado, más maní y semillas de ajonjolí.

El amor de Iveth por Barrio Abajo

Con 52 años de edad, Iveth ha recorrido cada rincón del Barrio Abajo, lugar que la vio nacer, en el que construyó su familia, su hogar. 

“Mi nombre es Iveth Herrera Miranda, nacida y criada en el Barrio Abajo, en el ‘Callejón del Limón’. Para mí, Barrio Abajo es el mejor vividero del mundo, mi barrio me sabe a miel, me sabe a caña”, dice. 

Cuando Iveth camina por las calles de esta zona de Barranquilla, no pasa desapercibida, los vecinos la saludan y ella responde con una agradable sonrisa o moviendo sus manos. 

En su casa, Iveth tiene una mini tienda, allí despacha productos de la canasta familiar, bebidas saborizadas, entre otros artículos. Además, es una asesora de belleza, pues las mujeres jóvenes del barrio llegan a hacerse peinados con trenzas y cabellos de colores. 

Cuenta Iveth Herrera que la casa la compró hace aproximadamente 20 años, se aventuró con su esposo para adquirirla, aún sin tener el dinero. “Conseguí un préstamo y apenas pagué, me mudé para acá. Esto no es nada de lo que ustedes ven ahora, de a poco fuimos transformando el espacio y hoy somos felices de vivir aquí”. 

“Vénganse, vengan al Barrio Abajo y disfruten los manjares de las palenqueras. Las palenqueras, tenemos nuestra sazón. Entonces vengan y disfruten de este maravilloso lugar”, puntualiza con emoción Iveth Herrera Miranda.