La papa, la migrante más famosa del mundo
Cuenta con más de cien variedades y se sabe que, además de ser rica en hierro y vitaminas B y C, tiene calcio, zinc, magnesio y fósforo.
Es hoy el tercer cultivo más famoso e importante a nivel mundial, después del arroz y del trigo; siendo sus primeros productores China, Rusia e India, aunque es originaria de América.
Además, es el alimento que ha salvado de la hambruna a millones de personas, especialmente durante las guerras, así mismo sostuvo a millares de obreros después de la Revolución Industrial en Europa; pero en el presente sigue siendo el alimento que logra saciar el hambre de muchas personas pobres.
Junto al pan y al arroz, se ha convertido en uno de los alimentos más económicos y al cual se puede recurrir para preparar cualquier plato, apelando a la imaginación, pero ¿de dónde proviene y por qué se volvió tan famosa la papa?
Cuenta la historia que desde el año 8.000, antes de Cristo, en los territorios que corresponden a Perú, Bolivia y Colombia, se cultivó la papa, producto que se consumía igual que el maíz; incluso fue objeto de culto, destacado por la la diosa Axomama y logró ser tan importante que se encuentra en las esculturas precolombinas.
Entre los cronistas españoles que escribieron sobre las culturas indígenas, Juan de Castellanos nombra la papa en sus Elegías.
Así mismo, se dice que el cronista Pedro Cieza de León fue el primero en enviar papa a Europa; esto ocurrió en el siglo XVI y, en efecto, los españoles que llegaron al continente a finales del siglo XV conocieron este vegetal que pronto fue embarcado en grandes cantidades hacia el Viejo Mundo.
Su adopción por los europeos fue lenta. Al principio se usó como una flor ornamental. La posibilidad de su consumo como alimento generaba prevención y prejuicios. Inicialmente, se pensó que era venenosa, podía dar lepra.
Se ensayó con animales, especialmente con los cerdos, igual que se hizo con el maíz. Pero a finales del siglo XVII, su consumo humano aumentó en el continente europeo, tanto más que las numerosas guerras entre potencias necesitaban alimento para las tropas y también para la población civil.
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Antoine Parmentier, agrónomo, naturalista, higienista de mediados del siglo XVIII, quien desarrolló técnicas para elaborar azúcar a partir de la remolacha, demostró los beneficios de la papa y convenció al rey Luis XVI para que autorizara su cultivo; así la papa llegó a ser no solamente alimento de los pobres, sino que fue adoptada por todos los demás sectores de la población a lo largo del mundo, con preparaciones más o menos sofisticadas, hasta que llegó el éxito de las papas fritas, consumidas en las comidas pero también en cines, parques, en cualquier lugar y a cualquier hora.
En Colombia, el consumo anual de papa es de 57 kilos per cápita, y se cultiva principalmente en Cundinamarca, Boyacá y Nariño, en general por pequeños productores, que enfrentan el alza considerable de los insumos y del transporte, la competencia extranjera, pues paradójicamente, en el presente Colombia importa papa de Bélgica, Países Bajos y Alemania, donde los productores están en mejores condiciones de producción y asistencia del Estado.
En el año 2022, 15.000 paperos abandonaron este cultivo y vimos cómo regalaban las papas en las carreteras. Por otra parte, el producto hoy se ha vuelto caro. Se hace necesaria una cruzada por la papa en un mundo donde no han desaparecido las guerras ni el hambre.
