El gobierno colombiano quiere convertirla en un "ágora política" para el planeta: con sus conciertos, debates y coloridos stands, la "Zona Verde" en pleno centro de Cali se perfila como el lugar emblemático y corazón vibrante de la COP16.
Mientras los delegados de más de 150 países daban comienzo el lunes a sus técnicos debates en una sala de conferencias, el centro de la capital del Pacífico colombiano se transformó en un espacio educativo y festivo que invita a reflexionar sobre las riquezas naturales y culturales de Colombia, y el futuro del planeta.
"Es chévere acá", dijo a la AFP Silvano, que llegó por curiosidad a esta "Zona Verde" tan presumida por el Gobierno.
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Dos días después del comienzo del foro, el lugar ya es un éxito popular, con miles de lugareños acudiendo en masa en la tarde.
En el Bulevar del Río, un paseo a lo largo de la ribera de Cali junto a la pequeña iglesia neogótica de la Ermita, estos 350.000 metros cuadrados de "reflexión y participación ciudadana" acogerán más de "280 actividades culturales y académicas" y un total de mil eventos, según el Ministerio de Cultura.
"Enseñanza al mundo"
La crisis climática no se soluciona "solo con gobiernos, es con los pueblos" y con una "movilización de la humanidad" que se resolverá, clamó el presidente Gustavo Petro el lunes durante la inauguración de la cumbre.
La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, describió la "Zona Verde" como un "ágora política de reflexión y movilización sobre el futuro".
Para la vicepresidenta, Francia Márquez, esta área busca destacar a las poblaciones afrocolombianas e indígenas "en términos de enseñanza al mundo".
El lugar es ante todo una explosión de sentidos, colores y sabores. Al igual que Colombia, con su excepcional biodiversidad y sus magníficos paisajes, promocionados en los días previos a la COP por el Gobierno.
Una vez que cruzan frente a las fotos gigantes de un loro verde encendido, un delfín rosado y un cocodrilo del Orinoco, los visitantes pasan de un puesto a otro: collares artesanales, canastos de hojas finamente tejidas, botellas de viche (una fuerte bebida alcohólica del Pacífico), camisetas con ballenas o jaguares, cafés de "comercio justo", jabones hechos a mano, miel, peluches, cervezas vendidas por un sindicato de trabajadores de cannabis y un verde invernadero de "semillas vivas".
En medio de la colorida multitud, los vendedores de los "cholados" de Cali, helados elaborados con siropes de frutas y leche condensada hacen unos pesos.
El martes, una manifestación indígena acudió a reunirse con la ministra Muhamad bajo una maloka (cabaña comunitaria) construida por una organización originaria nacional. Estos siete delegados participarán en las negociaciones de la cumbre, se comprometió la ministra.
"Que viva la música"
Oenegés como "Fundación para las Aves", instituciones, universidades y ministerios están allí presentes. El Departamento de Planificación, por ejemplo, programó toda una serie de debates públicos en su stand el miércoles, entre ellos uno a primera hora de la mañana sobre el papel de las comunidades rurales en la protección de la "agrobiodiversidad".
"Basura cero", "I love the Planet!": en un tablero el público dibuja su visión de cuidado medioambiental. A dos pasos, empleados de Parques Nacionales Naturales de Colombia muestran en realidad virtual la infinita riqueza geográfica del país, desde el mar hasta la cordillera de los Andes y la Amazonía.
Con su imponente cañón de artillería y un gran vehículo 4x4, el puesto del ejército tiene gran éxito entre las familias.
"La gente viene aquí a pasear, irse de fiesta. Y esta zona verde tiene algo de comercial, pero no es lo único", señala el visitante Silvano. "A todo el mundo le preocupa el planeta hoy en día. Todos hemos tirado alguna vez una botella de plástico por la ventana. Tenemos que cambiar eso", explica este quincuagenario.
"Va a haber un antes y un después. Yo creo que esto (la COP16) va a dejar que la gente quede muy conmovida hacia cuidar este planeta", afirma María Ruiz, una artista de 60 años, para quien el foro "es lo mejor que ha pasado en este país".
"¡Por una justicia de género, por la justicia social! ¡Abajo el patriarcado!", grita un participante ante un público más bien escaso.
Esa noche, en otro podio, un concierto y espectáculo de danza del Chocó (noroeste) encantó a la multitud, de ojos deslumbrados por los turbantes, los aros dorados en las orejas y los largos vestidos blancos inmaculados.
El programa musical, bautizado "¡Que viva la música!", incluye una quincena de conciertos en la Zona Verde durante los 12 días de la COP16, que este año coincide con el 19º Festival Mundial de la Salsa.