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Ocaña tiene su propio pulmón ambiental

Una reserva forestal protegida por la comunidad del sector norte de esa localidad de Norte de Santander ofrece agua potable y diversidad ecológica para familias procedentes del Catatumbo.
Ocaña tiene su propio pulmón ambiental
ADAMIUAIN.
Geovanny Mejía

Por el año 1984, en lo que se conoce como la Ciudadela Norte del municipio de Ocaña en Norte de Santander; los barrios Galán, Bermejal y Santa Clara, se estaban poblando con gente procedente de la zona del Catatumbo, en su mayoría, desplazados por el conflicto histórico que ha afectado la subregión nortesantandereana. 

Uno de los primeros sufrimientos que padecieron a su llegada para asentarse en esta localidad del Catatumbo alto, fue la falta de agua. Entonces, las comunidades, se organizaron y planearon crear su propio acueducto comunitario independiente.

Con el empeño de Cristóbal Navarro, un líder comunal que se ganó la confianza de la gente, se llegó a la conclusión que se debía buscar la forma de auto abastecerse del preciado líquido teniendo como canal una red incipiente de mangueras. Sin embargo, con el tiempo construyeron un tanque de almacenado, adecuaron terrenos y construyeron su propia Asociación de Amigos Usuarios del Acueducto Independiente -Adamiuain-.

La quebrada La Brava se convertiría en la fuente hídrica de donde se iba a extractar la materia prima para surtir el naciente acueducto comunitario.  Sin embargo, los terrenos ubicados en el área donde nace el agua eran propiedad de los campesinos cuya mentalidad estaba orientada en los cultivos y poco les interesaba cuidar la montaña y se evidenciaba la tala de bosques.

“Esto, sumado al Fenómeno del Niño, generó que el caudal de la quebrada La Brava se disminuyera y afectara el suministro de agua”, recuerda Luis Emiro Álvarez Sánchez, uno de los pioneros del acueducto comunitario.  “Era entendible que los labriegos en su afán de trabajar y adecuar terrenos para cultivos, tenían que tumbar monte, rozar con machete y no dejaron la franja de cuidado para la quebrada. Entonces, las directivas de Adamiuain, llegaron a la conclusión que esos terrenos tenían que comprárselos a los campesinos y crear una reserva forestal”, dice Álvarez Sánchez.  

Una de las ventajas es que los mismos campesinos se ofrecieron a vender sus fincas. Inicialmente se compró un terreno en cinco millones de pesos y poco a poco se fueron adquiriendo más predios y actualmente tienen comprado mil hectáreas que constituyen la reserva forestal más importante de Ocaña pues hoy en día es un pulmón para la ciudad. 

Una de las tareas de la empresa comunitaria Adamiuain, es hacer anualmente una jornada de protección a la reserva forestal orientada a la reforestación, al cuidado del agua, la fauna y la flora. Para esto se cuenta con dos guardianes ecológicos encargados de proteger la reserva día y noche. 

Virginia Amaya, administradora del Acueducto Independiente, destaca cómo a través de los años le han apostado a la protección del medio ambiente en el área natural comprendida por las veredas  Carrizal, Pueblo Nuevo y el Danubio para las que se han hecho gestiones y se está próximo para que quede constituida como Reserva de la Sociedad Civil: “ estatus mediante el cual  Parques Nacionales deberá incluir la reserva forestal entre las zonas que, por ley, tienen que ser protegidas de intervenciones y salvar la fauna, la flora y todos el ecosistema que allí se mantienen” dijo la administradora. 

Una de las actividades ambientales que adelanta Adamiuain y que se ha convertido en paseo tradicional es la Caminata ecológica con un recorrido que inicia en el corregimiento Pueblo Nuevo, pasando por la vereda Venadillo hasta llegar a la sede de la empresa comunitaria. Durante el recorrido se le muestra a los casi 600 participantes que en promedio se inscriben cada año, cómo es que se conserva una fuente hídrica mencionando los cuidados con los bosques; la forma de alejarlos de los químicos empleados en los cultivos, jornadas de plantación de árboles enseñando cómo se siembra, entre otras actividades pedagógicas que se mantienen mediante alianzas con el Plan de Estudios de ingeniería Ambiental de la  Universidad Francisco de Paula Santander y el sector privado que propende por el cuidado del medio ambiente. 

Edgar Paredes, miembro de la junta directiva de Adamiuain, dice que “uno de los objetivos permanentes es cuidar la reserva, donde en dos fincas se han levantado casas para que las habiten los guardabosques y su labor se permanente impidiendo que nadie maltrate la reserva”. 

Cristian Gaona Durán es uno de los guardabosques de la reserva forestal, quien tiene como actividades: “cuidar que no lleguen cazadores, que no corten árboles, sembrar árboles y regarlos, en fin, estar pendiente que no lleguen personas a afectar los predios”.

Para Gaona, “es hermoso estar respirando aire puro de manera permanente pues además día a día se encuentra con animales y especies nativas; hay ñeques, armadillos, venados, cuerpo espines, pavas, zorro-gato, zorro-perro y hasta un jaguar que deambula por la zona”.    

Janice Guerrero Arévalo es una de las usuarias del Acueducto Independiente considera que: “beber agua que viene de la reserva forestal, es como tomar agua de la misma quebrada por su sabor y frescura natural que se garantiza gracias al cuidado que hace la comunidad. 


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El cuidado de la reserva forestal por parte del Adamiuain, le ha valido varios reconocimiento y premios entre los que se destacan; Planeta Azul del Banco de Occidente, premio Equidad y Medio Ambiente, premio Procomún, Premio ambiental Eternit y el premio Luis Carlos Galán Sarmiento además de un reconcomiendo otorgado por la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental – Corponor- por hacer de la reserva forestal un pulmón para los ocañeros.  
 

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