Tiburones, una especie crucial para el ecosistema marino
En San Andrés se ha desatado un pánico colectivo entre visitantes y lugareños ante la muerte de un turista el pasado 18 de marzo luego de haber sido mordido por un tiburón tigre en cercanías a la línea de costa suroccidental de la isla en un área de pequeños acantilados y de mar abierto.
Por lo anterior, explicamos en detalle y de manera pedagógica sobre los tiburones tigres o escualos, el cuidado que debemos tener con estas especies y la importancia de ellos para el ecosistema.
Importancia de los tiburones en ecosistemas marinos
Como principales depredadores, los tiburones juegan un papel importante en el ecosistema marino al mantener las especies por debajo de ellos en la cadena trófica y como indicadores de salud del océano.
Esta especie está situada en la parte superior de la cadena alimenticia, aunque generalmente los tiburones se alimentan de poblaciones de peces potencialmente destructivas.
Abundancia de tiburones, un reflejo de la buena salud del ecosistema
Estudios obtenidos en la Expedición Seaflower demuestran que el Área Marina Protegida del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, posee la segunda colonia más grande de tiburones en todo el Mar Caribe después de las Bahamas, lo que significa una buena salud del ecosistema marino.
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A pesar de que esta cifra demuestra una gran abundancia de tiburones en el archipiélago, es bueno precisar que este territorio marítimo posee 275 mil kilómetros de mar jurisdiccional, encontrar un tiburón puede ser como buscar una aguja en un pajar.
Según el científico Diego Cardeñosa, PhD de la Universidad Internacional de la Florida quien ha participado en varias expediciones Seaflower, lo ocurrido en San Andrés es un evento extremadamente raro. “Solo piensen cuánta gente entra al agua al año en Colombia y cuántas interacciones de este tipo ocurren: pocas; es decir, no es culpa del tiburón ni de la persona afectada”, señaló.
Cardeñosa asegura que los tiburones tigres son la cuarta especie más grande, ya que pueden alcanzar tallas de 2 a 6 metros; se encuentran en poblaciones pequeñas y no es muy común verlos en la Reserva Seaflower, son animales altamente migratorios que pronto abandonan la isla, durante los meses de enero a marzo es la temporada más activa para notar la presencia de estos individuos, siendo la primera vez que un tiburón ataca directamente a un turista en San Andrés.
Es mucho más frecuente ver en el archipiélago tiburones martillo, coralino y nodriza el cual es el más inofensivo de esta especie.
Recomendaciones a bañistas y pescadores
Según explicó Diego Cardeñosa: Los tiburones no matan vilmente a las personas, no matan a mordisco como algunos medios señalan y el ser humano no está en la dieta de los tiburones, los tiburones no son asesinos, apuntó.
“Lo ocurrido en San Andrés es una situación desafortunada, existen especies de tiburones que requieren mucho cuidado a la hora de interactuar con ellas. El tiburón tigre es una de estas especies”, señaló Cardeñosa.
“Tenemos que entender que el mar no nos pertenece y que entrar al agua lleva riesgos”; El científico recomienda no poner carnadas en el agua para atraer el tiburón para matarlo, ya que eso genera un escenario donde más tiburones se van acercar a la zona y poner en peligro a más personas, y cebar el agua solo mantiene a esos y más tiburones en la zona cerca de la costa.
Medidas de Corporación Ambiental Coralina para proteger tiburones
Nacor Bolaños, biólogo de la Corporación Coralina, argumento que lo del tiburón tigre es un caso aislado y muy raro ya que estos animales permanecen durante el día en zonas profundas, por tanto, no era previsible ver uno de día cerca de la costa, por lo que se considera este caso ser el primer registro de una mordedura fatal de uno de esta especie en las islas.
Al tiempo que la Corporación Coralina emitió un boletín con el propósito de garantizar la protección y preservación de los dos ejemplares de tiburón tigre, que se encuentran en el costado suroccidente de la isla de San Andrés, la entidad solicitó apoyo a expertos en tiburones nacionales e internacionales, uno de ellos es Diego Cardeñosa quien arribará el lunes a San Andrés para realizar maniobras de captura y reubicación de los ejemplares a un lugar distante de la Reserva de Biosfera Seaflower, con el fin de alejarlos de la costa y que dejen de representar un potencial peligro para lugareños y visitantes.
Es importante recordar que al ser especies de gran tamaño se requiere un entrenamiento especial, por lo cual las acciones van a ser realizadas por el personal de la Corporación con el apoyo internacional que llegarán entre lunes y martes a la isla de San Andrés. Ellos traen tags satelitales que se le colocarán a los ejemplares para hacerles posterior seguimiento.
En el archipiélago de San Andrés los tiburones son especies protegidas y tratar de cazarlos está tipificado como delito ambiental, en el que las penas van desde multas hasta prisión preventiva de la libertad. Por tal motivo Coralina extendió un llamado a la calma y al respeto de la biodiversidad de las islas, además a ser vigías en la protección de los ecosistemas, en caso de avistar casos de ilícitos a fauna y flora dar aviso a la línea única de emergencia 123.
Sanciones a la prohibición de caza de tiburones
1. Multa y hasta cárcel tras infringir la ley 1801 del 2016 Código Nacional de Policía y Convivencia ciudadana en el título IX Capítulo II Artículo 101 Numeral 9 (Policía Nacional).
2. Violación de los usos permitidos en la Zonificación del Área Marina Protegida (Acuerdo 002 de 2019) y afectación a los recursos naturales (aplicación de la Ley 1333 de 2009 Procedimiento Sancionatorio ambiental -CORALINA).
3. Sanción por uso de artes de pesca prohibidas en el Departamento y por realización de actividades de pesca ilegal (Secretaría de Agricultura y Pesca del Departamento).
4. En caso de que se capture una persona en flagrancia, se podrá decomisar no solo el material incautado, sino a su vez los vehículos, por ejemplo: botes o similares (Guardacostas y/o Policía Nacional).
5. La caza y pesca ilegal se encuentra protegida en todo el territorio nacional tipificada como delito, según el Artículo 328 de la ley 1453 del 2011, por medio del cual se establece multa de hasta por 35.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes y privación de la libertad de 48 a 108 meses.
