El 23 de julio de 1986 la Comisión Ballenera Internacional (CBI) prohibió su caza comercial, y decidió declarar esa fecha como el Día Mundial Contra la Caza de Ballenas, hoy más conocido como Día Mundial de las Ballenas y los Delfines.
La intención de esta conmemoración es frenar la caza indiscriminada de estos grandes animales en peligro de extinción. Sin embargo, se sigue continuando con dicha práctica en países como Noruega, Islandia y, principalmente, en el Japón, que es la única nación que se niega radicalmente a dejar la caza, tanto de ballenas como de delfines.
Fernando Trujillo es biólogo marino y doctor en Zoología. Actualmente es copresidente del subcomité de pequeños cetáceos de la CBI y director científico de la fundación colombiana Omacha. Con él hablamos sobre la importancia de estos colosales animales y las amenazas que sufren.
“Las ballenas son las criaturas más grandes que han existido en el planeta. Mucho más grandes que los dinosaurios. Las ballenas azules pueden medir unos 30 metros de longitud. Son los cerebros más grandes que han existido. Las ballenas de alguna manera mantienen el equilibrio en los océanos. Consumen grandes cantidades de krill (pequeño crustáceo parecido al camarón), y sus heces sirven como nutrientes para muchas otras especies en los océanos”, señala.
Asimismo, dice que en nuestro país muchas personas solo han oído hablar de la ballena jorobada, pero que en Colombia existen seis especies: La ballena azul, la de aleta, la boreal, la minke, la tropical y la jorobada.
"La ballena jorobada es uno de los animales que hace una de las migraciones más largas en el planeta. Algunas de ellas alcanzan a recorrer hasta 18 mil kilómetros. Las que visitan a Colombia en esta temporada, salen de la Antártida y empiezan a subir por las costas de Suramérica. Llegan a nuestras costas y permanecen hasta noviembre, que es la época reproductiva”, cuenta.
En la actualidad estos cetáceos se ven amenazados por diferentes causas como el cambio climático, los desechos plásticos, la sobrepesca, la destrucción de su hábitat, el ruido submarino y la caza, entre otras.
A través de asociaciones como Greenpeace se están creando espacios protegidos denominados ‘’santuarios marinos’’. En estos territorios acuáticos se encuentran protegidos, el problema recae en que no siempre están ahí debido a que son animales que realizan migraciones temporales en busca de nuevas aguas.
“A lo largo de tres décadas se ha ido recuperando el número de estas ballenas. Se calcula que en el Pacifico hay alrededor de 18 mil individuos. En todo el planeta podría haber unos 80 mil. Sin embargo, se están enfrentado grandes amenazas como son las “redes fantasmas”. Todos los años reportamos animales que quedan enredados en cuerdas abandonadas por aparejos de pesca comercial. Muchas de ellas sufren amputaciones de sus aletas e incluso se ahogan”, comenta Trujillo.
La CBI, para garantizar la subsistencia, reconoce a ciertos pueblos aborígenes de países y territorios como Groenlandia (Dinamarca), Rusia, Estados Unidos y San Vicente y las granadinas, en el Caribe, el derecho a cazar un número limitado de especies en peligro como la ballena de Groenlandia.
“Algunas veces esta carne entra a los mercados tradicionales. En Japón también hay consumo de ballenas. En las Islas Feroe, en donde tradicionalmente han cazado ballenas y se alimentan de ellas, se cazan otras especies como las ballenas piloto. Este mamífero también se utiliza en la industria cosmética y en suplementos para la salud. Muchas veces su carne sirve para alimentar cerdos. Hay todo un enfrentamiento desde el punto de vista filosófico, ético y cultural tratando de entender el consumo de estas especies”, señala el biólogo.
Las ballenas también son conocidas por su misterioso y complejo canto. Sobre este tema el biólogo dice que es algo que no se ha comprendido del todo. Cuenta que, aparentemente tiene una importancia muy relevante en la época de la reproducción, cuando más suceden dichos cantos son una forma de cortejo, una manera de marcar territorio por parte de los machos que son los cantores.
“Lo curioso es que cada año hacen modificaciones y esos cambios ocurren a lo largo de todo el hemisferio. Cuando empiezan a emigrar y llegan a zonas tropicales todas cantan la misma canción. Esto ha generado una fascinación increíble en el tema de comunicación animal. La misión espacial de las Voyager, que salió del sistema solar hace muchos años, lleva un disco de oro con la información del planeta. Unas de las cosas que se incluyeron en ese disco fueron los cantos de las ballenas jorobadas”, cuenta.
Uno de los mecanismos más eficientes que se acuñaron en la CBI, según Trujillo, es el uso no letal de los cetáceos. Hay países que las matan y se las comen. Otros países suramericanos como Colombia y de otras partes del mundo, han promovido la observación responsable de las ballenas como un atractivo turístico. Esto genera más de 300 millones de dólares anuales solo en América Latina.
“Lo que hemos hecho desde la fundación Omacha, con el apoyo de la CBI, Parques Nacionales y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, es una serie de cursos organizados con el SENA. Capacitar a pobladores locales en buena observación en el Pacifico, especialmente en el Chocó y en el Valle del Cauca. Con el MinAmbiente hicimos una guía de observación responsable de cetáceos que se publicó en el 2017. De esta manera la comunidad local se interesa por proteger a las ballenas”, concluye Fernando Trujillo.
Datos curiosos sobre las ballenas
Según Greenpeace, las ballenas pertenecen a un grupo de mamíferos marinos conocidos como cetáceos. No son peces porque tienen sangre caliente, respiran aire a través de pulmones y dan a luz a crías vivas que se alimentan de leche materna.
Asimismo, señala la organización que existen dos tipos principales de ballenas: las dentadas (como el cachalote y la orca) y las barbadas (como la ballena jorobada y la azul). Las ballenas barbadas tienen dos aventadores y las dentadas solo uno.
Según estudios sobre estos cetáceos, los cantos que emite la ballena azul alcanzan una potencia similar a la del despegue de un avión Boeing 747, pero en una frecuencia no perceptible para el oído humano.
La ballena azul puede llegar a pesar 200 toneladas. Por esta razón, es normal que sus órganos también sean enormes. Su lengua puede pesar casi tres toneladas y su corazón 600 kilos.
Otro dato importante sobre la labor de las ballenas es que participan activamente en la absorción de CO2. Cuando mueren, sus cuerpos se hunden hasta el fondo del mar, y cada una se lleva consigo cerca de 33 toneladas de CO2.
Además, sustentan la productividad del fitoplancton (microalgas), contribuyendo con al menos el 50% del oxígeno producido. Los cachalotes duermen en una posición extraña, verticalmente, con la cabeza hacia arriba.
Las ballenas jorobadas pueden navegar durante semanas en línea recta, sin desviarse de su curso. Los científicos piensan que usan una combinación de los campos magnéticos de la Tierra y la posición del Sol u otros cuerpos celestes para orientarse, aunque se desconoce si estas rutas migratorias se transmiten de generación en generación.
Para comer el plancton, crustáceos o los peces, las ballenas toman toda el agua a su alrededor atrapando a sus presas. Solo abren la boca, se impulsan hacia adelante y tragan más de su propio peso en agua. Las ballenas pueden engullir hasta 80 metros cúbicos de agua (presas incluidas) en menos de seis segundos.
Algunos estudios científicos han comprobado que el ruido de las hélices y los motores de los grandes barcos eleva su nivel de estrés e impide que se comuniquen entre ellas.