Alba Milena Gómez es una firmante del Acuerdo de paz, que ahora hace parte de la Cooperativa Multiactiva Comunitaria Del Común Comuccom ubicada en la vereda Los Corrales en el municipio de Puerto Guzmán, en Putumayo. Con su proyecto de meliponicultura ha logrado no solo construir la paz en el territorio, sino también con el medio ambiente.
En la iniciativa trabajan 18 mujeres en la reproducción de abejas nativas del Amazonas que no tiene aguijón. Iniciaron hace un año con 14 colmenas y esperan llegar a 80 para continuar con la producción de derivados de la miel.
De las 18 mujeres vinculadas en esta iniciativa, ocho son firmantes del Acuerdo de Paz y las demás son familiares y personas de la vereda, “con este proyecto nos hemos unido todas las familias, todas hemos buscado estar tranquilas y tener un ingreso que nos ayude a sostener a nuestros hijos, por eso vimos en las abejas una oportunidad”, afirmó Alba.
Desde la firma del Acuerdo entre el Gobierno Nacional y las extintas Farc, Alba decidió dejar las armas y creer en una Colombia diferente. Con el apoyo de la Cooperativa ha logrado trabajar en diferentes iniciativas que le dan la esperanza de seguir adelante junto a su familia.
“Ahora vivo tranquila, no estoy con ese miedo de que no voy a volver a la carpa, sino que puedo llevar a mis hijos a trabajar con las abejas y les puedo enseñar la importancia de la conservación del medio ambiente y más acá en la Amazonía” asintió Alba.
De la Asociación de Mujeres que integran la cooperativa también hace parte Angie Sanabria, quien a sus 34 años construye paz con la meliponicultura y con un proyecto de piscicultura en los que empezó de cero y poco a poco ha aprendido y hasta les tiene cariño, así lo expresó: “la experiencia ha sido un poco difícil porque cuando empezamos la implementación del proyecto no teníamos conocimiento de cómo se trabaja con las abejas, a medida que fuimos avanzando fuimos aprendiendo y me fui enamorando de las abejas”.
Cada semana estas emprendedoras tienen una rotación para desplazarse hasta donde están las abejas y realizar el proceso de cuidado, ya que hasta el momento no se han sacado productos, porque se encuentran en una etapa de reproducción hasta que lleguen a 80 colmenas, para poder empezar a trabajar los diferentes derivados que se pueden obtener con la miel.
Las participantes de este proyecto también buscan que todas las mujeres que viven en la comunidad se unan y así poder expandir esta iniciativa, ya que la paz se construye en equipo y trabajando juntas, “se ha trabajado para las mismas mujeres de la comunidad a las cuales se les ha entregado una colmenita para que hagan su iniciativa productiva y también contribuyan a la conservación del medio ambiente”, así lo expresó Alba.
Cada una de ellas también han recibido capacitaciones y apoyo, según Alba, son dos organizaciones internacionales las que les han brindado los recursos: “el apoyo que hemos recibido es por el Fondo Multidonante de las Naciones Unidas primeras colmenas e instrumentos de trabajar y de la Organización internacional para las migraciones para realizar el espacio donde se va a trabajar los cajones donde se hacen los meliponarios”.
A medida que las colmenas se han ido reproduciendo han necesitado mayor espacio para crear más, por eso también recibieron apoyo para aprender a realizar sus propios meliponarios, así han buscado la madera y el acetato para poder realizarlos y con el acompañamiento de los niños construyen el ‘hogar’ a cada familia de abejas.
Angie y Alba coinciden en que eligieron seguir trabajando en este proyecto, como una iniciativa de unión en la comunidad, pero también “como un sistema viable, pensando en las futuras generaciones. Para la alimentación hay que cuidar la paz con el medio ambiente, no solo con los humanos, porque la madre tierra es la que nos brinda todo para poder subsistir, entonces es el compromiso con la paz y el medio ambiente” afirmó Alba.
Así mismo para Angie: “con estos estos procesos y proyectos estamos haciendo un aporte al proceso de paz, la invitación que les haría es que sigamos trabajando en colectivo, que la unión hace la fuerza, eso es lo que hacemos acá a pesar de todo lo que nos ha pasado, aquí seguimos luchando por ese anhelo y algún día llegará”.
Dentro de la cooperativa hay cerca de 110 personas y a pesar de que en febrero fue asesinado el presidente de la agrupación, Jorge Santofimio, ellos han seguido trabajando en el espacio, con iniciativas de meliponicultura, viverismo y piscicultura.