Museos de la memoria histórica, un lugar para conocer la verdad reconstruida
Con la firma del Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, se hizo necesario adoptar una serie de medidas para que las víctimas sean reparadas y que los hechos sufridos no se vuelvan a presentar.
Entre las acciones está la construcción de memoria histórica para volver al pasado y confrontarlo y dejar una evidencia de los hechos ocurridos durante poco más de medio siglo de conflicto. De esta manera, se abre camino hacia la reconciliación y la paz.
Para apropiarse de la historia se han creado museos en los que, a través de fotos, textos, videos, objetos, investigaciones y publicaciones, se les ha dado voz a las víctimas.
En todas las regiones del país hay un lugar donde se concentran las emociones y sentimientos generados por la guerra, pero al mismo tiempo, hay una esperanza de resiliencia y reconciliación.
Museo Caquetá
El historiador caqueteño William Wilches es el director de este espacio que existe hace 13 años en la ciudad de Florencia, Caquetá. Cuenta con tres salas: una denominada Sala Indígena, que reconoce la importancia de la diversidad cultural y del conocimiento ancestral de comunidades étnicas; la Sala Colonos, que permite evidenciar el poblamiento del departamento a través de los flujos migratorios; y la Sala Memoria, que narra la historia del conflicto armado en esta zona del sur del país.
“Los patrones del conflicto, las víctimas y los victimarios. Todo esto para configurar mecanismos de no repetición que es lo que realmente busca la memoria histórica”, señala el historiador.
De acuerdo con el director del museo, los visitantes pueden conocer hitos específicos de la historia caqueteña como la llegada al territorio del entonces grupo guerrillero Farc-Ep, la bonanza cocalera y diferentes detalles de acontecimientos importantes de los últimos 40 años.
La Trocha de la Memoria
En el departamento de Caquetá se destaca una actividad turística relacionada con la memoria del conflicto. Alrededor de 33 jóvenes que integran la Red Juvenil de Comadres y Compadres por la Paz (Compaz) operan este recorrido en la zona urbana del municipio de San Vicente del Caguán, Caquetá. De acuerdo con Sergio Escobar, miembro de la organización, la ruta hace énfasis en dos momentos de la historia del municipio: “la retoma del Caguán” y la “zona de distención”. Además, se relatan los procesos de colonización con el fin de ayudar a comprender la actualidad del territorio.
“Sentimos que es una experiencia que permite acercarse a través de los relatos de campesinos y jóvenes, a un territorio que es completamente nuevo para muchas personas y que dadas las condiciones que ha generado el Acuerdo de Paz, es posible conocer la realidad y a lo bello que es este municipio”, explicó Escobar.
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La memoria histórica del Guaviare
Con el objetivo de crear un espacio que permita reconocer el legado histórico del departamento, y tras la firma del Acuerdo Final, la Vigésima Segunda Brigada de Selva adscrita a la Cuarta División del Ejército Nacional, realizó, en el año 2017, una donación al archivo departamental de Guaviare, de 41 retablos en los que se plasmaron los hechos históricos que tuvieron lugar en el departamento, Todo, con el fin de generar mayor difusión tanto en propios, como visitantes, y que de esa forma tuviesen la oportunidad de conocer la historia del Guaviare con la visita a este sitio.
En los retablos se encuentra información de hechos relevantes que marcaron al departamento y ahora hacen parte de la memoria histórica de Guaviare, desde la época de colonización hasta la firma de los acuerdos de paz, pasando por la ejecución de operaciones militares que marcaron el conflicto armado en el país, como lo fueron la Operación Jaque y la Operación Camaleón en las que fueron liberados varios secuestrados por parte del Ejército Nacional de Colombia y que tuvieron lugar en el departamento.
“Hay retablos que nos hablan de cuando se firmó en Cuba el acuerdo de paz, ahí tengo que aumentar que personas que vivieron la violencia, que vivieron los enfrentamientos directos con los grupos al margen de la ley, que tuvieron que ser desalojadas de sus sitios, esas personas volvieron a vivir con el proceso de paz, ese grupo de personitas hicieron unos cuadros muy bonitos donde reflejaban todos sus enfrentamientos, todos esos flagelos de violencia que vivieron y que hoy a raíz del proceso de paz están viviendo en sus parcelitas y lo demostraron haciendo estos cinco cuadros, y el último es el cuadro del Ave Fénix donde están diciendo que volvieron a renacer,” afirmó Eva María Patiño Duque, jefe de Archivo General del Departamento.
Según Patiño, este espacio ha sido visitado por grupos de estudiantes de universidades como La Javeriana, la UNAD, el SENA, entre otras. La recomendación que hace para poder realizar el recorrido histórico del Guaviare es comunicase previamente con el archivo departamental, para organizar la visita y de esta manera también contar con la presencia de personas que puedan guiar el recorrido.
La memoria del Catatumbo
Estando en la vereda Puerto Barco, en Tibú, Norte de Santander se puede visitar el museo “La Casa de Paz”, que fue presentada en 2021 y hace parte del Plan Integral de Reparación Colectiva de la comunidad.
Lo que antes era un lugar de miedo y horror, pues fue una vivienda utilizada por los grupos armados ilegales entre 1999 y 2004, para torturar y asesinar personas, hoy es una oportunidad de paz en esta zona del Catatumbo, pues fue tomada para convertirla en un museo de la memoria.
Con material fotográfico, sonoro y audiovisual, es un espacio donde la memoria histórica es la clave para la convivencia y la reconciliación, y que se abre de par en par para recibir a todo el que quiera conocer una parte de la historia colombiana.
