Chucho: el “cuentífico” de las matemáticas y los astros

Jesús Alberto Murillo, conocido como “Chucho”, dice que su método de enseñanza goza de cualidades “glocales”; nació en la aldea y se extendió por todo el mundo. Y eso sucedió, no porque lo hubiera planificado cuidadosamente, ni porque, incansable, hubiera perseguido el éxito, sino porque su método caló, simplemente caló en la mente de muchos. 

A través de las matemáticas, Chucho explica los fenómenos astronómicos con el muy atractivo don que tienen los contadores de historias, o lo que él llama “echar cuento”. Es oriundo de Rionegro, Antioquia, y a sus 59 años de edad ha experimentado el éxito académico con ese asombro que embriaga a quienes nunca se imaginaron que serían alguien importante en la vida. 

“La verdad, yo no creía que una cosa de estas tan sencilla, tan humilde, salida desde la aldea, fuera a darle la vuelta al mundo. Le juro que yo no creía eso, no me lo imaginaba ni desde el punto de vista académico ni desde el punto de vista de mis sueños”, dice Chucho, absorto ante la magnitud de la idea que, desde el 2012, no ha dejado de traerle sorpresas. 

Pero, ¿qué es lo que hace Chucho? Sencillo: este académico antioqueño tomó un capítulo especial de las matemáticas llamado cónicas, y a través de este explica, a veces a estudiantes de colegio y a veces a estudiantes de universidad, la figura que genera un meteorito antes de caer a la tierra, o el curso que sigue el sistema solar para que se genere un eclipse, por citar solo dos casos. 

El punto es que Chucho, además de moldear su “cuento” para que pequeños y grandes lo puedan entender, tiene una enorme capacidad de convencer y, de paso, de hacer agradable un tema que resulta sumamente arduo para la mayoría. Por eso, hasta hoy, Chucho ha visitado ya 23 países, entre ellos: Bolivia, Perú, Argentina, Alemania, Francia, Turquía e Italia, su trabajo ha sido conocido en al menos 17 países más. 

“Las cónicas se convirtieron en el best seller de mi vida porque mucha gente ha conocido a Chucho, las matemáticas y las cónicas a través de mi trabajo. Lo más importante para mí es que la gente se acerca, aprende y quiere conocer esa cosa tan sencilla y tan humilde que creé, y que salió de la aldea para el mundo”, señala, sonriente, este matemático de los astros.

Debo advertir que, más allá de tener tres hijos, enseñar en una decena de colegios y universidades y tocar saxofón y cello, Chucho esconde otro montón de historias interesantísimas. En este punto, usted, querido lector, se preguntará por qué he denominado a Jesús Alberto Murillo Silva como el “cuentífico” de las matemáticas y los astros. La verdad es que él lo explica mejor que yo. Lo invito, por eso, a que escuche esta, la historia de un matemático que encontró lo que no estaba buscando.