Las cuatro facetas inolvidables de Vicente 'el chente' Fernández
Falleció uno de los mayores ídolos de la música popular latinoamericana. Vicente Fernández fue el continuador de una escuela de cantantes rancheros en México y, de alguna manera, el último de su especie, porque la música misma ha variado y ahora incluye otro tipo de arreglos y fusiones. En recuerdo de una carrera meteórica, presentamos cuatro aspectos destacables.
1. Su primera grabación
A sus 24 años, Vicente Fernández soñaba con una carrera en la música y aprovechaba cualquier oportunidad para cantar con mariachis en las emisoras de radio de Guadalajara. De esa época data un disco sencillo que hoy es muy buscado por los coleccionistas. Publicado por el sello Guinart Records, contiene en el Lado A “Mi último reto” y en el Lado B “Gabino Barrera”. Todo esto sucedió antes de que el sello CBS lo contratara y ayudara a proyectarlo como la figura máxima de la ranchera en su país.
2. Su carrera cinematográfica
El paso por el cine era casi ineludible para Vicente Fernández, porque en México ya existía una tradición de cantantes actores que tuvo como principal exponente a Pedro Infante. Sin embargo, los tiempos eran otros. Comenzando con “Tacos al carbón” de 1971, las películas de Vicente Fernández quisieron mostrarlo como un héroe urbano moderno (fue obrero, taxista, vendedor de tacos), pero eran en realidad vehículos para promover sus discos. Curiosamente, la película que los críticos consideran la mejor está ambientada en un tiempo pasado: “Por tu maldito amor” de 1976.
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3. Sus duetos
En internet pueden encontrarse muchísimas interpretaciones de Vicente Fernández a dúo. Se nota que era un artista al que le gustaba compartir tarima y no desaprovechaba la oportunidad para cantar al lado de figuras como Julio Iglesias o Celia Cruz. Pero son presentaciones espontáneas para la televisión que no fueron grabadas profesionalmente. En ese sentido, rescatamos su tema a dúo con Tony Bennett: “Regresa a mí” de 2012, ayudó a difundir en los Estados Unidos su imagen de “El Sinatra de las rancheras”.
4. El truco de cantar sin micrófono
En las últimas décadas de su carrera, hubo siempre un truco con el que dejaba asombrado a su público. En escenarios de gran capacidad como el Madison Square Garden de Nueva York, de repente hacía a un lado el micrófono y proyectaba su voz con tanto poderío que se escuchaba perfectamente en todos los rincones. En Colombia también lo hizo y en un escenario descubierto, en la Plaza de Toros de Santamaría. Este video aficionado nos da una buena idea de lo impresionante que resultaba ese efecto.
