ChatGPT, un robot conversacional creado por la empresa californiana OpenAI, logró aprobar por poco los exámenes de entrada de una facultad de Derecho estadounidense, después de haber redactado una serie de tesis sobre temas como derecho constitucional o fiscalidad.
Este chatbot (neologismo para referirse a un robot que puede mantener conversaciones gracias a la inteligencia artificial) utiliza enormes cantidades de información de internet para redactar textos que responden a cuestiones simples.
El ChatGPT suscita desde su lanzamiento, a finales del año pasado, admiración, pero también temores, en especial en el sector educativo.
Algunos resultados fueron tan convincentes que los profesores de varias universidades expresaron su preocupación ante la posibilidad de que los estudiantes se limiten a pedir al poderoso programa informático que trabaje para ellos.
Jonathan Choi, profesor de la facultad de Derecho de la universidad de Minnesota, presentó a ChatGPT el mismo test planteado a estudiantes para obtener su diploma.
Ese examen consta de 95 preguntas de respuesta múltiple y 12 preguntas de síntesis, correspondientes a cuatro disciplinas.
La nota global del chatbot fue de C+, es decir, un aprobado justo, según un artículo académico publicado el lunes por Choi y sus coautores.
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Aunque suficiente para ser admitido en la facultad, de hecho ese resultado dejó a ChatGPT en penúltimo lugar en la mayoría de asignaturas, destacan los universitarios.
"Durante la redacción de sus ensayos, ChatGPT demostró que dominaba las reglas jurídicas de base y que su organización y composición eran sólidos", escriben los autores.
Sin embargo, "a menudo le costaba detectar los problemas cuando se le planteaba una pregunta abierta, lo que es un requisito esencial en los examenes de las facultades de Derecho", explicaron.
Las autoridades de Nueva York y de otras jurisdicciones han prohibido la utilización de ChatGPT en las escuelas, pero Choi considera que el robot podría representar una ayuda importante para los profesores.
"En líneas generales, ChatGPT no es un buen estudiante de Derecho cuando actua solo", escribió en Twitter.
"Pero si colaboran con humanos, los modelos de lenguaje como ChatGPT pueden ser muy útiles para los estudiantes de Derecho que deben examinarse, y para los abogados que ejercen", aseguró.
Choi aseguró que dos de los tres correctores identificaron que las tesis habían sido redactadas por un chatbot.
"Tuvieron una intuición y esa intuición fue buena, porque ChatGPT tenía una gramática pefecta y algo repetitiva", reveló.