El vallenato es uno de esos ritmos que se graban en el alma de quien los escucha, para celebrar la llegada o la partida de un amor, la enemistad, o la vida en general. ¿Quién no ha llorado o reído con una de estas canciones?
Parte de nuestra cultura está impregnada de ellos, como sucede en el propio Macondo: "[Aureliano Segundo] Pasaba las tardes en el patio, aprendiendo a tocar acordeón, contra las protestas de Úrsula, que en aquel tiempo había prohibido la música en la casa a causa de los lutos, y que además menospreciaba el acordeón como un instrumento propio de los vagabundos herederos de Francisco El Hombre".
“El vallenato es la única música popular que ha llegado a todas las esferas de Colombia y ha cruzado las fronteras”, cuenta el experto en este ritmo, Eder Nicolás Araujo.
Si pensamos en los clásicos nos tenemos que remontar al gran ‘Francisco El hombre’. Era un hombre común que montaba en burro e iba de pueblo en pueblo con su acordeón, pero no solo era él, eran muchos. “Él es de quien se dice que se enfrentó con el Diablo, pero ya otros lo habían dicho. Él tomó más realce y se popularizó. En el vallenato todo se vuelve leyenda como ahora lo son el mismo Rafael Escalona o Diomedes Díaz”.
Araujo nos cuenta que uno de los precursores a nivel nacional del vallenato fue Alfonso López Michelsen, quien estaba metido en esta cultura porque su abuela era de Valledupar y él pasaba sus vacaciones de niño allí. Se conocía con Rafael Escalona, quien lo nombra en canciones como ‘La custodia de Badillo’. Cuando llegó a la Presidencia (como se narra en ‘La garra’), hacia parrandas vallenatas, a las que venía el propio Escalona”.
Para el periodista cultural Juan Carlos Garay el vallenato tiene dos columnas vertebrales: Rafael Escalona y Alejo Durán. “ ‘La casa en el aire’ y ‘039’ son las dos grandes vertientes de la composición vallenata. El uno con una letra más pulida y poética y el otro centrado en hacer algo muy breve”, afirma.
Por otra parte, Araujo afirma que existen unos vallenatos clásicos que son los que narran la historia de toda una comarca. “Esa comarca es la provincia de Padilla entre el sur de La Guajira, el norte del Cesar y el oriente del departamento del Magdalena, conocido como el Magdalena Grande. Cuentan toda esa historia que motivo a los juglares de la región a cantar sobre el acontecer cotidiano”.
Este próximo 13 de mayo se cumplen 8 años de la muerte del inolvidable Rafael Escalona y que mejor que conmemorarlo con sus letras. Este es un recuento de algunos de los vallenatos clásicos recomendados por estos expertos.
La patillalera - Rafael Escalona
Alicia Dorada - Compositor: Juancho Polo Valencia. Intérprete: Alejo Durán