Canto a la Tierra: de la Pachamama a la senda del Carnaval en Pasto
El canto a la tierra es una fusión de danza, canto, música, atuendos y coreografías en el que varios colectivos coreográficos integrados por cerca de 200 artistas le tributan a la Pacha Mama. El 3 de enero en años anteriores desfilaban por la Senda (en sentido norte a sur) más de 2 mil artistas entre músicos, danzantes y zanqueros que recrean su parafernalia multicolor a miles de espectadores.
Este año los artistas pudieron volver a una semi-presencialidad donde 17 agrupaciones de artistas hicieron una presentación en escena frente a cientos de personas en el Estadio La Libertad de Pasto; para evitar la aglomeración de personas, se realizaron dos presentaciones, una en horas en la mañana y otra en la tarde.
Más de 20 años de tradición
El colectivo coreográfico Indoamericanto es el primero de esta modalidad. Con más de 25 años de participación en la fiesta sureña, logró conquistar el gusto del público con sus rutinas danzarinas y las representaciones que hacen parte de la tradición cultural.
Este grupo de artistas nació en 1992 y, según Diego Chaves, representante de Indoamericanto, “se formó con músicos de tradición andina que buscaban devolverle ese componente andino ancestral que en el Carnaval de Negros y Blancos se iba perdiendo. Con el tiempo se empezaron a añadir otras expresiones del arte como la danza y la zanqueria y quedó conformado la forma de colectivo coreográfico, lo que dio lugar al desfile de Canto a la Tierra de cada 3 de enero”.
El nombre Indoamericanto es una reivindicación política de los pensadores que iniciaron con este proyecto cultural, “después de revisar la connotación de las palabras Latinoamérica y Suramérica, ellos llegaron a la conclusión de que la mejor manera que teníamos para llamar a esta tierra era Indo América, por eso se llama Indoamericanto”, afirmó Diego Chaves.
Inicialmente fueron 70 músicos los que iniciaron con la participación en el Carnaval de Negros y Blancos, sin embargo, Indoamericanto ha tenido participaciones multitudinarias como la de la inauguración de los Juegos Nacionales Nariño-Boyacá, donde participaron cerca de 1.000 artistas. Este año participaron 180 artistas entre danzantes, músicos y zanqueros.
Para recrear sus propuestas año tras año se realiza un trabajo colectivo de creación e investigación, para decidir cuál será la puesta en escena del siguiente año. Indoamericando trabaja durante todo el año en todas las ramas del colectivo, para destacarse el 3 y 6 enero en la senda del carnaval.
Indoamericanto tiene algunas estrategias para lograr una sana convivencia dentro de ese espacio privado donde se realizan los ensayos y actividades, “porque a través de la convivencia y el diálogo se construye un modelo chiquito de sociedad que queremos crear y enseñar a estas nuevas juventudes, que desde ahí es desde donde se construye paz y desde donde se construye territorio, desde los diálogos y, sobre todo, desde la convivencia”, asintió Chaves.
Para los artistas que integran Indoamericanto, el Carnaval de Negros y Blancos se ha convertido en la excusa perfecta para poner en escena toda esa creatividad que tiene cada uno de los colectivos coreográficos. De acuerdo a Diego Chaves, “lo más importante que los colectivos le han entregado al carnaval es el poder democratizar la fiesta, el hacer que en cada ciudadano pueda existir un artista y que se adueñe de su patrimonio y participe de su propia fiesta no como espectador, sino como participante”.
Este año Indoamericanto presentó la propuesta titulada “Bravo Pueblo”, representando a las luchas que han tenido los pueblos del sur a lo largo de la historia, a todos los actos de resistencia que han vivido estos pueblos; para ellos es un homenaje a todas las resistencias contadas desde el arte y desde la historia.
