Joaquín Bedoya, el trovador decembrino
Santa Rosa de Osos, tierra de grandes hombres de la cultura como Porfirio Barba Jacob, Bernardo Hoyos y Darío Jaramillo Agudelo, también le dio al mundo, en agosto de 1933, a una de las figuras más discutidas, polémicas, aguerridas y geniales de la música popular colombiana: el guitarrista, compositor y cantante Octavio Mesa Gómez, bien conocido por sus composiciones de carácter festivo, cargadas de palabras y situaciones de grueso calibre que siguen haciendo bailar y reír a todo un país.
Las primeras notas musicales que aprendió Octavio Mesa le llegaron gracias a un tío invidente que enseñaba en una escuela para gente con discapacidad. Trovador trashumante, su vida transcurrió entre poblaciones de Antioquia, Risaralda, Quindío y el norte del Valle. Durante mucho tiempo se dedicó a conducir un bus interurbano, a ser agente viajero, a vender discos de pueblo en pueblo y hasta a ser jefe de Cartera de Discos Victoria, hasta que empezó a tocar a finales de la década del 40, cuando a sus 16 años conformó el grupo Los amigos del trópico. Luego vendrían otros grupos como Los Caporales, Los Gorriones y el dúo Mesa y Bolívar, con Jesús Bolívar.
Un día, recordaba Mesa, en un vuelo entre Pasto y Cali, se le ocurrió escribir una canción que hablaba sobre un “campesino de los verracos” que era un “arriero de profesión”. La idea de la canción “Los relajos del arriero” era que se quedara como un divertimento para cantar en privado con sus amigos, pero un promotor de discos lo instó a que lo grabara prometiéndole ventas extraordinarias.
El propio cantante recordaba cómo aquel tema, la primera grabación con groserías que realizó en el sello Ondina, vendió efectivamente cifras extraordinarias para la época y tuvo que grabarlo en diferentes oportunidades en otros sellos como Fortuna y Colón. Luego vendrían los demás temas enmarcados en su estilo directo y procaz, ya muy lejos de las composiciones en doble sentido. Aparecieron así “Cante al revés”, “La verraquera”, “El jornalero” (llamada “El hijo’e Tuta” en la versión de Lisandro Meza), “El zapatero”, “Llegó verraco” y “Diccionario verde”, todas ellas muy famosas, aunque imposibles de reproducir en radio.
En sus últimos años, Mesa volvió a grabar sus discos en una serie de compilados llamados “Los relajos del arriero”, y el propio Juanes, agradecido por la influencia de Mesa en su música (ver “La camisa negra” y “La paga”, por ejemplo), le grabó esos temas con arreglos de rock y hip hop, con la participación de grandes del sonido moderno latinoamericano como Toy Selectah, Tego Calderón, Cabas y Locos por Juana, en un álbum llamado “La verraquera”, que tristemente el artista no alcanzó a ver.
El pasado 12 de marzo se conmemoraron 10 años de la muerte de Octavio Mesa, el Arriero Mayor. Por eso es nuestro Artista de la Semana.
