Fadir Delgado gana el Premio de Poesía de Mincultura

Conozco a Fadir hace más de una década. En estos años hemos compartido el amor por la poesía y por la vida. Recuerdo que una noche la vi bailar cumbia con una botella de vino sobre su cabeza; la botella se sostuvo, sin tambalear, mientras los que estábamos allí celebrábamos el equilibrio entre el ritmo y la determinación. Esa imagen traduce muy bien lo que ella ha hecho desde que empezó a escribir poesía: mantener el pulso, ajustar el ritmo y escribir con todo el cuerpo.

Hoy vuelvo a celebrar su determinación, el rigor y la sensibilidad que la han caracterizado, además de su alegría, y la han hecho merecedora de muchos reconocimientos, entre los más recientes, el Premio de Poesía Universidad Nacional de Costa Rica, 2021, el Premio Internacional de poesía Tiflos, de España, 2020 y este que hoy nos llena de emoción, el Premio Nacional de Poesía que otorga el Ministerio de Cultura al mejor libro publicado en los últimos dos años.

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El libro se llama La temperatura exacta del miedo, elegido como ganador entre más de 70 libros que se presentaron, por un jurado compuesto por los poetas colombianos Rómulo Bustos Aguirre y Juan Felipe Robledo y por la poeta argentina Diana Bellesi. El libro «aborda la maternidad y la enfermedad en un mismo hilo y espacio compositivo, con el objetivo de desmitificar la figura de la madre y también la del hijo», me cuenta Fadir cuando conversamos sobre el premio.

Las dos estábamos muy emocionadas, yo, porque es una alegría inmensa que se reconozca el trabajo de las poetas, y porque justamente los temas que explora el libro son aquellos por los que han sido menospreciadas las mujeres durante tantos años cuando escribían desde un territorio tan vital como es la maternidad y todo lo que de allí emerge. Ella estaba sorprendida y feliz pues, aunque ha publicado más de seis libros y ha obtenido diversos reconocimientos en otros países, siempre es muy gratificante que en su propio país se reconozca su trabajo.

Fadir Delgado Acosta nació en Barranquilla en 1983, en sus versos está el movimiento de las aguas y del viento. Esta noticia llega como un soplo de aire fresco, pues no solo confirma y nos pone de cara a una realidad que está cambiando, en la que las mujeres también son valoradas como productoras de sentido y fundamentales para seguir pensando en todo aquello que nos hace humanas y es digno de mención y de celebración.