Aracataca, la tierra que inspiró a Gabo, cumplió 108 años
Acariciado por la brisa de la Sierra Nevada de Santa Marta, al paso del tren de carga que atraviesa estas tierras macondianas, se alza majestuoso, un hermoso municipio construido "a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos", un lugar, lleno de casas coloridas, donde las mariposas amarillas revolotean, las historias evocan la nostalgia de tiempos pasados, y la realidad se mezcla con la magia en un baile infinito entre lo posible y lo imposible. El tan anhelado Macondo de Gabo, Aracataca Magdalena.
Fundado el 28 de abril de 1885, este municipio se convirtió en un importante punto comercial gracias a su ubicación estratégica en la región, volviéndose el hogar de numerosos emprendedores, presenciando los aspectos más auténticos de nuestra idiosincrasia, influenciada por la rica tradición de nuestros ancestros indígenas, quienes se dice además, dieron nombre a este hermoso pueblo, tal y como nos cuenta Darlis Cáceres, fiel conocedora de la historia y la cultura Cataquera, el nombre de este terruño, “es la unión de dos palabras que por separado significan ARA: Agua clara y CATACA: Nombre del cacique de la tribu en el idioma Chimila”, idioma nativo de este bello territorio que inspiró el nombre de ARACATACA, el mismo que ha trascendido fronteras y se ha convertido en sinónimo de patrimonio, por su riqueza literaria y cultural.
Hoy este municipio continúa siendo un lugar de contrastes, de casitas de bahareque mezcladas con modernidad, donde la música y el baile son formas de vida y las pinturas embellecen cada esquina, un lugar que huele a café y sabe a cayeye, donde la tradición no se cuenta, se vive, y donde el talento, igual que las hermosas trinitarias que lo adornan, aflora y se multiplica constantemente.
Por eso no es de extrañar que esta haya sido la cuna y fuente de inspiración de grandes artistas y escritores destacando entre ellos, Gabriel García Márquez, quien en su obra "Cien años de soledad" recreó un mundo mágico y surrealista basado en su infancia en Aracataca, refiriéndose siempre a ella como "Macondo", y describiéndola como "la materia prima de su obra". Pero García Márquez no fue el único talento que surgió de estas tierras, Leo Matiz, fotógrafo y artista visual colombiano, también nació en este lugar y logró llevar su nombre a recorrer el mundo gracias a sus magníficas obras fotográficas, y su importante papel en el periodismo nacional.
Sin embargo, Aunque no cabe duda de que la riqueza cultural de Aracataca es incalculable, su más grande tesoro ha sido por siempre su gente cálida, y amable, que hacen que cualquier visitante se sienta como en casa, y no la olvide jamás, porque como dice Carlos Gamarra, comerciante oriundo y enamorado de este bello municipio “Aquí no hay desconocidos, solo amigos que no hemos llegado a conocer” porque “Todo el que pisa tierra cataquera, cataquero es”
Por todo esto hoy celebramos con alegría un año más de este bello municipio, orgullo de Gabo y de Matiz y de todos aquellos que han decidido conocer su suelo y dejar en el una huella más en el largo camino del realismo mágico.
