Un museo de antigüedades que reconstruye la memoria popular en Ciudad Bolívar
Recorrer las calles del sur de Bogotá como reciclador en busca de su sustento diario recogiendo lo que otros dejaban en canecas y calles, y la señal que según él recibió del cielo, fueron las raíces de un proyecto cultural de recuperación de la memoria a través de los objetos que hoy se gesta desde Ciudad Bolívar, una de las zonas más populares y estigmatizadas de la capital colombiana.
“Yo andaba con mi “zorrita”, recorriendo las calles de barrios como Meissen, Quiroga, 20 de julio, Tunal, Claret, El Carmen. Una mañana me encontré lo que alguien me dijo era un Nuevo Testamento, quise saber qué decía pero no pude, porque yo no sabía leer ni escribir. Entonces le pedí a Dios esa bendición, que me diera la posibilidad de aprender. Por esa época había un programa que se llamaba ‘Bogotá sin indiferencia’ que les brindaba herramientas de aprendizaje a personas como nosotros los recicladores, donde aprendí sobre reciclaje y a leer y escribir”, cuenta Alexander Gil, el creador del Museo Café Rincón del Paraíso.
Para Alexander, esta “bendición” le cambió completamente la vida. Dejó de beber licor, dejó de lastimar a sus seres queridos, le permitió ver la vida de otra manera y le abrió los ojos al mundo, dice. “Empecé leyendo la biblia y libros de historia. Le tomé un gusto a la historia increíble, me dieron muchas ansias de aprender. Entonces, decidí conservar las cosas que recogía y a buscar información sobre ellas. No las vendía a pesar de ser ese mi oficio y sustento, solo quería conservarlas para algún día compartirlas con otras personas. Podría decir que este fue el inicio del Museo”.
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Así empezaron a apilarse en su casa, fotos antiguas de Bogotá, cámaras fotográficas viejas, ollas artesanales, olletas, vasijas, lámparas, candelabros, cuadros, molinos, radios, televisores, equipos de sonido, grabadoras, tocadiscos, teléfonos, adornos, revistas, artículos publicitarios, periódicos, discos, juguetes, planchas, billetes, monedas, placas de carros, muñecas, porcelanas, instrumentos musicales, fotos de personajes como Charles Chaplin o Jorge Eliécer Gaitán, objetos que fue atesorando con la idea de algún día abrir un espacio para compartir con otras personas esa memoria histórica plasmada en cientos de objetos que muchos desechan pero que para Alexander son inspiración.
“Cuando ya empiezo a ver estos objetos como cosas que cuentan historias, me empeño en leer, en investigar más, en buscar y conseguir otros, ya no solo los que yo recogía, sino lo que me vendían otros recicladores que sabían de mi pasión por conservar estas reliquias. Así la colección fue creciendo, conseguí una rockola de los años 50, una serie de periódicos de los años 30, 40 y 50 un juego de ping-pong en forma de máquina-que está intacto- sillas, planchas que van desde la de carbón hasta la eléctrica actual, una máquina registradora de un bus, una réplica de un jeep de 1937, y otros elementos que fui organizando para poco a poco empezar a idear el espacio”, comenta Gil.
Un oasis en El Paraíso
El entusiasmo fue creciendo y coleccionar estos elementos se convirtió en el proyecto de vida de Alexander y su familia. “Con dedicación, esfuerzo y estudio me propuse poner una bodega de reciclaje que me sirviera también para guardar estos objetos, ahorrar, comprar una casa o un lote, crecer. Estando en esas me surge la idea de crear un espacio dedicado especialmente para ubicar organizadamente estos objetos, y empiezo a pensar en un café, que es como el lugar donde la gente comparte. En ese proceso duré casi dos años”, recuerda Alexander.
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Su deseo se fue cristalizando. Gil termina su bachillerato y decide cambiar de lugar de vivienda y trabajo, así llega al barrio el Paraíso de Ciudad Bolívar donde busca un espacio que se adecúe a hacer realidad ese sueño. Poco a poco fue ideando el escenario, primero en su mente, y luego en la práctica con el apoyo de un hermano, su esposa, sus hijos y unos estudiantes de una universidad capitalina. Luego de un intenso trabajo, abre sus puertas el Museo Café Rincón del Paraíso, en la parte alta de los cerros surorientales de Bogotá.
“De eso hace unos meses, tiempo en el que el museo, gracias al voz a voz, se ha ido conociendo no solo en Ciudad Bolívar sino en Bogotá y en el exterior. Aquí nos visitan muchos turistas nacionales y extranjeros curiosos por conocer otras historias, otros lugares, ansiosos por vivir una experiencia diferente. Esto ha hecho que, por lo menos por ahora, dejé de lado mi oficio de reciclador para dedicarme de lleno a este espacio donde además de mostrar parte de la historia de nuestro país, queremos que las personas compartan un café, un cóctel, una comida, un helado. Este es un lugar para toda la familia”, señala Alexander.
El impacto ha sido muy positivo, recalcan Gil y su esposa, quienes madrugan todos los días a abrir las puertas del atractivo museo. “La gente empieza a interesarse en conocer por ejemplo los periódicos antiguos, uno de ellos, La Jornada, cuyo fundador fue Jorge Eliécer Gaitán, y del cual conservamos varios ejemplares. Los niños y jóvenes se asombran al conocer objetos que no se imaginaron que existieran, y muchas personas se animan a preguntar sobre uno u otro objeto, a leer Kalimán, el comic que fue tan famoso y del que tenemos cerca de 1000 ejemplares, a poner una canción en la rockola, y a tomarse fotos frente a lo que ellos llaman curiosidades”, apunta Alexander.
Para los habitantes del barrio, el museo se ha convertido en sitio de reunión donde afloran la nostalgia, la curiosidad, el entusiasmo de un tiempo pasado del que de alguna manera ellos también hacen parte, porque sí algo tiene esta localidad de Bogotá, son historias que contar, historias que seguir construyendo e historias que compartir, como la de Alexander Gil el ex reciclador para quien aprender a leer y escribir a los más de 30 años le cambió la vida a él y su familia; y para quien conservar con amor y pasión esas “cosas” que mucha gente desecha, ha sido una herramienta poderosa de transformación social.
Hoy el barrio El Paraíso, en la parte alta de Ciudad Bolívar, es también un lugar para reconstruir la historia popular del país.
Si quieres conocer y visitar El Museo Café Rincón del Paraíso, lo puedes hacer de lunes a domingo de 8:00 a.m. a 6:00 p.m. en la Calle 71p con carrera 27 A Sur.
