Chirimía, marimba de chonta y violines negros, la esencia musical del espíritu caucano
Desde El Tambo (Cauca) el especial musical Espíritu Pacífico de Radio Nacional de Colombia inicia con las voces de los exponentes y cuidadores de una expresión musical que ha estado presente en la gran mayoría de espacios de la vida cotidiana de las comunidades de esta zona el suroccidente colombiano: la chirimía.
Walter Felipe Meneses, músico y artesano, fabricante de instrumentos como la flauta de carrizo, las tamboras, redoblantes, charrascas de calabazo y mates, esencia del movimiento chirimero, comparte la maravillosa experiencia que desde niño ha vivido con la chirimía y que inició cuando tocaba la tambora en esas correrías con su papá y tío quienes lo llevaban a las procesiones de Domingo de Ramos y la ‘bajada’ del Amo Jesús por las calles de Popayán, llegando a conformar con sus vecinos la chirimía ‘Los Patojitos’ por allá en los años 70’s.
Una tradición que ha transmitido a sus hijos, entre ellos Felipe Meneses, quien enfatiza que es clave y necesario trabajar constantemente por mantener viva la tradición y así evitar que los bambucos, pasillos y marchas, legados de los mayores, queden en el olvido.
Y de las montañas andinas el recorrido continúa hacia el Litoral Pacífico donde la magia de la marimba de chonta abraza, purifica y llena de regocijo.
Salomé Gómez Burbano, destacada artista de la región, compositora e intérprete de este instrumento aborda la esencia de un elemento artesanal elaborado con guadua y madera fuerte y dura de la palmera cuyo fruto es el chontaduro; “un instrumento único en el mundo, un instrumento de sonoridad dulce (…) que ha jugado un rol social muy importante en las comunidades del Pacífico, un rol de sanación, reparador y transformador, lleno de valores, y ya que estamos en Semana Santa, un rol de encontrarnos con nosotros mismos”.
Y dentro de la extraordinaria historia musical caucana un lugar especial lo tienen los violines negros, con quienes cierra este especial radial, tradición cuyos orígenes se remontan al siglo XVII cuando a las grandes haciendas caucanas llegaron de Europa instrumentos de cuerda para la formación musical de los hijos de los colonizadores.
En ese momento, de acuerdo con Paloma Muñoz, doctora en antropología de la Universidad del Cauca y docente universitaria, quien se ha dedicado a investigar sobre las músicas de tradición oral, especialmente las músicas de las comunidades del Patía y el norte del Cauca, la población de esclavos conocieron el violín, y como no tenían acceso a ellos tras huir en busca de la libertad empezaron a fabricarlos con materiales que tenían a la mano como guadua, totumo o calabazo; cuero, caparazones de armadillo o maderas de granadillo y naranjillo.
Así se gestó una corriente musical con una alta significancia de resistencia, refugio de libertad y resiliencia, que incluso en la región del Valle del Patía integró un singular fenómeno: el empautamiento, que es el pacto por el cual se entrega el alma al diablo a cambio de poderes.
“Con el Cristianismo llega el violín y el diablo y en el Patía estos dos elementos los convierten para ellos”, sentencia la profesora Muñoz quien finalmente reflexiona alrededor de las tres expresiones musicales caucanas presentes en este especial de la radio pública colombiana: la chirimía, la marimba de chonta y los violines negros como un patrimonio vivo, inagotable de la identidad de esta región del suroccidente del país, la riqueza del Cauca grande, cargada de la espiritualidad y de cada una de las vivencias y sueños entorno a las cosmovisiones y legado de los pueblos negros, indígenas y campesinos que lo habitan y construyen.
