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Día 7 de la Novena de Aguinaldos: estas son las oraciones, gozos y villancicos

¡Alista tu pandereta! Estas son las oraciones, gozos y villancicos para reunirse en familia este día 7 de la Novena de Aguinaldos.
Novena de aguinaldos 2024: día, oraciones y gozos 22 de diciembre
Crédito: Pixabay
Mateo Pérez Gómez

Cada diciembre se reza en familia la Novena de Aguinaldos, una práctica religiosa arraigada a las festividades navideñas, que ingresó a Colombia por medio del Fray Fernando de Jesús Larrea hace más de dos siglos.

La Novena ha perdurado desde entonces como una forma de preparación espiritual, que comienza el 16 de diciembre y termina el 24 de diciembre, fecha en que las familias celebran la Navidad.

Orden para rezar la Novena de Aguinaldos

  • Oración para todos los días
  • Oración a la Virgen María
  • Oración a San José
  • Consideración Día Tercero
  • Gozos
  • Oración al Niño Jesús
  • Villancicos

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Oraciones y gozos para la Novena de Aguinaldos: 22 de diciembre

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro hijo la prenda de vuestro amor,
para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. 

En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado, suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente.

Se rezan tres Gloria al Padre

Oración a la Virgen María

Soberana María que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo. 

¡Oh dulcísima madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad.

Se rezan tres Avemaría

Oración a San José

Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan soberanos
misterios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo.

Se rezan un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria

Consideración Día Séptimo

Representémonos el viaje de María y José hacia Belén, llevando consigo aún no nacido, al creador del universo, hecho hombre. Contemplemos la humildad y la obediencia de ese Divino Niño, que aunque de raza judía y habiendo amado durante siglos a su pueblo con una predilección inexplicable obedece así a un príncipe extranjero que forma el censo de población de su provincia, como si hubiese para él en esa circunstancia algo que le halagase, y quisiera apresurarse a aprovechar la ocasión de hacerse e padronar oficial y auténticamente como súbdito en el momento en que venía al mundo.

El anhelo de José, la expectativa de María son cosas que no puede expresar el lenguaje humano. El Padre Eterno se halla, si nos es lícito emplear esta expresión, adorablemente impaciente por dar a su hijo único al mundo y verle ocupar su puesto entre las criaturas visibles.

El Espíritu Santo arde en deseos de presentar a la luz del día esa santa humanidad, que El mismo ha formado con divino esmero.

Gozos

I

  • Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

(Ven, ven...)

II

  • ¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios!

(Ven, ven...)

III

  • ¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos! ¡Ah, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte el brazo!

(Ven, ven...)

IV

  • ¡Oh, raíz sagrada de José que en lo alto presenta al orbe tu fragante nardo! Dulcísimo Niño que has sido llamado Lirio de los valles, Bella flor del campo.

(Ven, ven...)

V

  • ¡Llave de David que abre al desterrado las cerradas puertas de regio palacio! ¡Sácanos! Oh Niño con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado!

(Ven, ven...)

VI

  • ¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tú esplendor veamos! Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.

(Ven, ven...)

VII

  • ¡Espejo sin mancha, santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano! ¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño, da al mísero amparo!

(Ven, ven...)

VIII

  • ¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, De Israel anhelo Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado ya la oveja arisca, ya el cordero manso!

(Ven, ven...)

IX

  • ¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío como riego santo! ¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado! ¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del campo!

(Ven, ven...)

X

  • ¡Ven, que ya María previene sus brazos, do su niño vean, en tiempos cercanos! ¡Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario!

(Ven, ven...)

XI

  • ¡Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano!

(Ven, ven...)

XII

¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados! ¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos! ¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos, y aún más que mis frases, te dice mi llanto!

(Ven, ven...)

XIII

¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos Ven a nuestras almas, Ven, no tardes tanto!

(Ven, ven...)

Oración al Niño Jesús

Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado".

Llenos de confianza en vos, ¡oh Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada.

Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que, en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.

¡Cantemos un villancico!

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