Cincuenta años de ‘Gene- sis A-Dios’, primera grabación de Génesis
La noche del 24 de marzo de 1992, Pedro Humberto Moreno Gil falleció víctima de un infarto que pudo haber sido controlado a tiempo de no ser por la desalmada indiferencia con la que fue tratado en el hospital zipaquireño a donde llegó convaleciente. Antes de su prematura desaparición, con tan solo 46 años de edad ya había alcanzado el estatus de leyenda en el escenario de la música local gracias a su paso por Los Speakers, Siglo Cero y Génesis. Con este último, quizás su proyecto más recordado, grabó siete discos entre 1972 y 1987. Cinco décadas después de su edición original, ‘Gene-sis A-Dios’, el primero de aquella fructífera obra, se revela como una joya resplandeciente del folk-rock colombiano, aunque, dada su escasa circulación comercial, desde entonces ha permanecido en la sombra, anidada en la mera curiosidad fonográfica.
El debut de Génesis cumple medio siglo de haber sido publicado, lo celebramos con algunos apuntes que aluden a su origen, los pormenores de la grabación, sus canciones y su lisérgica portada.
La semilla
En 1969, luego de su aventura con Los Speakers, Humberto Monroy hizo parte de la agrupación de rock experimental Siglo Cero. Más adelante, ya entrada la década de los setenta, probó el desengaño con el sello Zodiaco, organizó conciertos con la efímera empresa Colinox Unidos y en Lijacá, junto a Tania Moreno, presidió una de las primeras comunas de hippies que se asentaron en lo que por esos días era una zona rural de Bogotá. Atraída por la utopía asceta, en seguida la pareja se trasladó al monasterio Santa María de Usme donde fueron acogidos por monjas de la congregación religiosa católica Siervas de Cristo Sacerdote y monjes benedictinos.
Durante la temporada bucólica, que se extendió a lo largo de 1971, al joven misántropo solían visitarlo músicos como el percusionista y pianista Édgar Retrepo Caro, y el flautista Juan Fernando Echavarría con quienes empezó a ensayar unas canciones que había escrito en Lijacá y Usme. Fueron esas reuniones esporádicas las que determinaron el nacimiento de Gene, como se llamó Génesis antes de su debut en 1972. Además de Caro y Restrepo, Gene contó con la presencia del bajista Mario García y el poeta Sibius.
De izquierda a derecha, Humberto Monroy, Mario García, Juan Fernando Echavarría, Édgar Restrepo y Sibius / Archivo personal Tania Moreno.
‘Gene- sis A-Dios’
Al término de su retiro espiritual en el monasterio de Usme, Humo, como ya era conocido Monroy, fijó su centro de operaciones en San Javier, la casa familiar de Édgar Restrepo, ubicada en Cota, Cundinamarca. Allí se crearon “Niña Alhelí”, “Es una bella mañana”, “El hombre de las sandalias” y “Hermana, amiga y compañera”, cuatro de las once canciones que finalmente fueron grabadas durante julio, agosto, septiembre y octubre de 1972. El resto del repertorio tomó forma en los Estudios Ingesón donde fueron registradas las sesiones bajo la supervisión técnica de José Sánchez y José Vergara.
Con la excepción de “La casa donde nace el sol” –versión del clásico “The house of the rising sun, poularizado por The Animals en 1964- y la reinterpretación de “The times they are a-changin´”, original de Bob Dylan y acá traducida como “Los tiempos están cambiando”- las piezas del disco fueron compuestas de manera colectiva al punto de que en los créditos aparecen atribuidas a Gene. Por su parte, la inspiración lírica de Humo se esparce en todo el disco, salvo el caso notable de “Niña Alhelí” y “Mama” –escritas por Sibius- y “No se encuentra un justo” y “Carta de Juan”, que son dos fragmentos de la Biblia musicalizados.
Aunque la grabación fue distribuida por Discos Bambuco, Humberto Monroy se mantuvo fiel a sus iniciativas previas de autogestión discográfica y, junto a su amigo Édgar Restrepo, crearon para la ocasión el ficticio sello Átomo. Así, convocaron a los integrantes originales de Gene y a una tropa de amigos incondicionales, dentro de la que se encontraba buena parte de los mejores músicos del circuito rockero local: Guillermo Marciano Guzmán, Roberto Fiorilli, Hernando Becerra, Carlos Cardona, Álvaro Díaz, Arcesio Murillo y Arturo Astudillo.
La portada
En el monasterio de Usme, Humberto Monroy conoció a un personaje que supo traducir en imágenes su universo musical primitivista. Se trató del medellinense Jaime Rendón, un desertor de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia. Rememorando la residencia paradisiaca en las praderas cundinamarquesas, Rendón pintó con lápices Prismacolor la portada del disco. Un par de años después, el artista aportó dos dibujos más para Génesis –las cubiertas de los discos ‘Génesis’ (1974) y ‘Yakta mama’ (1975)- y los trazos en tinta china que engalanaron ‘Sol y luna’, el estreno como solista de Monroy. Los tres fueron editados por el sello Codiscos.
En su tesis de grado titulada ‘Génesis de Colombia. Leyendas de nuestro rock nacional’ (2012), el comunicador Jorge Esteban Benavides Noguera describe con detalle la labor de Rendón en aquella memorable fachada: «En ella, Rendón, quien también vivió a flor de piel la estadía en el monasterio, se encargó de reflejar las ideas y conceptos del hippismo que los
habían influenciado, como la unión fraternal de los pueblos por medio de la representación
de distintas razas que conviven en paz y de una bandera universal con los colores del arcoíris.
Así mismo, la inspiración del campo es notoria y la Sierra Nevada de Santa Marta se eleva
hacia un cielo estrellado que tiene una constelación del mapa del territorio suramericano. Más que una portada de un álbum, el trabajo de Rendón es todo un cuadro artístico e incluso la pintura también se extiende hacia a la contraportada de la caja del vinilo para presentar un
contraste entre el día y la noche».
