De regreso a mi tierra: así cantó Efraín Orozco, ídolo colombiano
El bambuco “El regreso” es un emblema de nuestra música andina colombiana. Su historia, al igual que la del retorno de la Noche Radio Nacional de Colombia a la presencialidad, es de regocijo y cierre de nostalgias.
Con la misma alegría que cada diciembre embarga a quienes vuelven a su hogar, suponemos nosotros que llegó de nuevo a casa en 1953 el compositor Efraín Orozco Morales (1897 – 1975), tras más de dos décadas de ausencia. Los exitosos recorridos internacionales del músico lo mantuvieron lejos de Colombia y de su pueblo natal. Y su retorno, podemos imaginarlo, lo retrotrajo a esa infancia de “la pelota de trapo, el barquito de papel, la encumbrada cometa” que “pide y pide carretel”. Así lo dejó plasmado en la letra de “El regreso”, un bambuco que se ha hecho parte del repertorio andino colombiano en los últimos 50 años, tras la muerte de su creador.
Orozco Morales había nacido en Cajibío, departamento del Cauca, a 34 kilómetros de Popayán, su capital. Desde muy pequeño aprendió a tocar la guitarra de manos de su madre, y otros maestros del pueblo complementaron su educación musical, lo cual que le permitió vincularse muy joven a diferentes agrupaciones. A sus 12 años ya tocaba el bombo y la corneta en la banda militar de Popayán, y luego se fue a Buga a integrar una orquesta de carácter tropical.
Pero Orozco Morales quería desplegar sus alas y a sus 19 años emprendió su primera salida internacional que lo llevó por Panamá y Costa Rica con su amigo Leonardo Pazos, integrando diferentes orquestas. Al volver, en 1934, formó en Cali el primer grupo a su nombre, con el cual emprendió camino al sur hacia Chile, con la intención de realizar una breve gira de conciertos.
Lo cierto es que esa agrupación, llamada en diferentes momentos Efraín Orozco y sus Muchachos o Efraín Orozco y su Gran Orquesta de las Américas, terminó quedándose 18 años en el Cono Sur.
El sonido de la agrupación se acopló muy bien al gusto del sur del continente. Luego de pasar una breve temporada en Viña del Mar, Orozco se trasladó con su grupo hacia Buenos Aires, en donde residió esa larga temporada y en donde vinculó al grupo a muchos músicos argentinos, que le ayudaron a conformar una sonoridad cercana al jazz en los arreglos de sus pasillos, bambucos, cumbias y porros.
Fue Orozco el primer músico colombiano en triunfar en tierras porteñas, y a él lo seguirían en esa misión Bovea y sus Vallenatos, Helí Toro y su Cuarteto Imperial y Hernán Rojas, cantante cartagüeño al comando de Los Wawancó.
Efraín Orozco Morales regresó a Cali a finales de 1953 para atender compromisos en el Club San Fernando. Viéndose de nuevo en Colombia tras casi 20 años por fuera, decidió hacer un alto en el camino. Unos días después se trasladó a Bogotá. Entre una ciudad y otra se dedicó a la composición de bambucos y pasillos que le dieron la fama en su país, como “Señora María Rosa”, “Allá en la montaña”, “Romanza de amor”, “Fogoncito”, “Bandolitis” y “Comadre Juana Ruperta”.
Por aquellos días de su vuelta definitiva, Efraín Orozco Morales regresó a su natal Cajibío. Sus paisajes lo llevaron a componer en la década del 60 la música y la letra de “El regreso”, un verdadero himno para quienes retornan cada año a sus hogares, ya sea en diciembre o en otras épocas, pero que al hacerlo vuelven a ser, por algunos instantes, los niños que dejaron atrás:
De regreso a mi tierra volví a mis lares,
cabalgando al lomo de mis lejanos recuerdos
y al volver, otra vez, en mi mente quedó grabado,
en mi mente quedó grabado el paisaje azul de la edad primera.
Qué lindo es volver al hogar nativo
y poder recordar con los viejos amigos la dulce infancia.
La pelota de trapo, el barquito de papel,
la encumbrada cometa pide y pide carretel.
He vuelto a escuchar la voz del riachuelo,
la mirla que canta en la copa florida del arrayán.
Y en la torre del pueblo mil campanitas
que cruzaron el cielo con las notas de mi cantar.
La primera grabación de “El regreso” corrió por cuenta de Beatriz Arellano, con arreglos de Jaime Llano González. En honor a este compositor, desde hace 20 ediciones se celebra, en su natal Cajibío, el Concurso de Música Andina Colombiana Efraín Orozco Morales.