‘La Sinfonía de Bichos Raros’, la fábula musical de Puerto Candelaria para niños y niñas
Cuando Puerto Candelaria ganó el Premio Latin Grammy a Mejor Álbum Cumbia/Vallenato en 2019, miles de mensajes de felicitación recibieron. Pero además, llegaron cientos de mensajes de artistas de Colombia y distintas partes de América Latina que les agradecían por ser su inspiración.
Eran músicos que gracias a esta agrupación seguían con sus ideas, querían continuar luchando por las músicas de sus regiones y no renunciar a sus propuestas. Puerto Candelaria ha recorrido un camino nutriéndose del legado de los sonidos colombianos, y ahora quisieron dirigirse al público infantil.
Así surgió ‘La Sinfonía de los Bichos Raros’, un proyecto que arrancó después de las cuarentenas producto de la pandemia, y que se encuentra en pleno crecimiento, una fábula de alto contenido de divulgación científica.
Hace poco hicieron el lanzamiento de la tercera canción de este proyecto, ‘Por ti’, un sencillo que habla del agudo instinto maternal de las zarigüeyas, un animal muy colombiano y que es rechazado por su apariencia física.
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En entrevista, Juancho Valencia, líder de Puerto Candelaria, habló de ‘La Sinfonía de los Bichos Raros’, pero también del proyecto sinfónico de la banda, los discos que prepara para Tostao, Andy Caicedo, y la música grabada completamente con energía solar.
¿De qué trata el proyecto ‘La Sinfonía de Bichos Raros’?
‘La Sinfonía de los Bichos Raros’ es una producción musical, pero también una puesta en escena que Puerto Candelaria se atreve a realizar específicamente para los niños y las niñas. Es toda una historia en la que cada palabra, cada ritmo, cada nota musical está pensada para el disfrute de los más chicos.
Acaban de lanzar ‘Por ti’...
Dentro de esta ‘Sinfonía’ está un ser vivo como la zarigüeya, que de alguna manera es la representación de la madre en la naturaleza, que lleva a sus crías en una pequeña bolsa dentro de su cuerpo, y poco a poco ellos van subiendo al lomo de la mamá, resguardándolos por meses allí.
Por todo esto, siempre se ha relacionado a las madres con este animal. Hacemos un homenaje a las madres con esta canción.
La zarigüeya es un animal en vía de extinción tan sólo por el hecho de ser feo, lo cual es lamentable. Es un animal muy colombiano porque solo nace en el trópico andino. Buscamos sensibilizar a los niños.
¿Una nueva exploración musical en el concepto ya conocido de Puerto Candelaria?
Para ‘La Sinfonía de los Bichos Raros’ hicimos un análisis con niños para que nos contaran sobre la música con la cual estaban vibrando, porque estamos con una generación muy interesante, al ser la primera donde los padres y madres desconocen totalmente lo que sus hijos escuchan, gracias a los audífonos.
Buscamos ayudar a restablecer esa relación que de cierta manera se rompe, por lo que salimos a descubrir que los niños de hoy vibran con una música que uno no se imaginaría. Con esta investigación tratamos de aplicar esos sonidos a ‘La Sinfonía de los Bichos Raros’.
Esto hizo que nos encontráramos con elementos muy interesantes como el trap, el rap, porque me sorprende lo raperos que son los niños ahora, y todas las vertientes del soul y una gran cantidad de ritmos que aplicamos al sonido ya conocido de Puerto Candelaria.
¿Hace cuánto empezó toda esta exploración?
Comenzó hace un año la investigación en dos frentes. Por un lado, el frente musical, para tratar de entender y comprender para no imponer una manera de pensar, sino generar una conversación con los niños.
El otro frente fue la divulgación científica. Hicimos este trabajo con la bióloga colombiana Elizabeth Chaparro, quien nos ayudó a realizar los perfiles de esos bichos mal amados, como el chulo, el sapo, la araña, la serpiente, el murciélago y el ciempiés.
No son bien vistos, pero tienen una gran cantidad de cosas para enseñarnos a nosotros los humanos. Tal vez, aprendiendo de ellos, van a recibir la validación y el respeto que merecen, porque son maravillosos.
’La Sinfonía de los Bichos Raros’ es una analogía a nuestra sociedad actual, al invitar a escuchar al diferente, al que luzca y piense diferente merece ser escuchado, para evitar seguir llegando a los extremos con la cultura de la eliminación del diferente.
¿Cómo ha sido llevar esta propuesta a los escenarios?
Ya llevamos una temporada presentando la puesta en escena a miles de niños en distintas partes del país, y los niños captan muy bien toda esta metáfora.
¿No está mal ser ‘el bicho raro’?
Esta Sinfonía es una fábula al estar llena de animales, y como buena fábula tiene su moraleja, que está en la canción ‘Raro pero bien’, expresando que no está nada mal ser raro, porque en algún momento de la vida seremos bichos raros para alguien, así como alguien puede ser un bicho raro para nosotros.
Así como dice Elizabeth Chaparro, “Necesitamos de la diferencia para existir como ecosistema”. Necesitamos muchas maneras de pensar para existir como sociedad, y los niños captan eso, y es importante para ellos, si tenemos en cuenta los niveles a los cuales está llegando el matoneo.
La invitación es a sentirse orgulloso de ser raro, porque como la canción lo dice, sería un desperdicio creativo si todos fuéramos iguales.
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¿Qué otros elementos tiene todo este proyecto?
También tenemos libros para que los niños compartan con sus padres, para que dibujen, lean juntos, hagan actividades y desprender un poco a las familias de las pantallas y llevarlas a las manualidades.
Vamos a realizar una gira por Colombia en el segundo semestre este año, pero además, gracias a una serie de empresas que vieron el potencial será llevada a la pantalla, a una serie largometraje para poder contar esta historia desde todos los ángulos artísticos posibles.
Las facetas de Juancho
Como artista y productor, ¿ya había explorado la música para niños?
Hemos desarrollado durante nuestra carrera proyectos muy importantes para niños, desde diferentes ángulos, desde el ICBF, así como con instituciones como CantoAlegre, también para programas de televisión y cine.
En 2020 fuimos nominados a los Latin Grammy a ‘Mejor Álbum de Música Infantil’, el cual realizamos junto al Coro Infantil del Colegio de Música de Medellín, con un recorrido por diferentes historias de animales con distintos ritmos musicales colombianos. Esto nos dio el impulso para sentir que era hora de hacer el proyecto infantil de Puerto Candelaria, que era un sueño antiguo.
¿Y su proyecto como Juancho Valencia?
La Ciencia de Juancho Valencia es un espacio para desarrollar música basada en la salsa, en la música afroantillana, donde ya realizamos dos discos en La Habana, Cuba, con grandes estrellas de la música de la isla.
Ahora estamos en el tercer disco, buscando otras maneras de aportarle a la sociedad. Desde los Estudios Merlín, desde el año pasado, estamos funcionando con energía solar, por lo que creamos el proyecto ‘Los Diez del Solar’, donde invitamos a 10 amigos artistas para realizar el primer disco de salsa, 100% con energía solar. Lo que queremos es que toda la música que salga de nuestros estudios ayude a construir sociedad.
¿Y como productor de otros artistas?
Estoy trabajando junto a Tostao, de Chocquibtown, en un proyecto como solista, que construye un movimiento musical que ya existe en el Pacífico colombiano, pero él le da otra perspectiva, junto a un colectivo de músicos.
También estoy trabajando en el proyecto de Andy Caicedo, cantante y actor, con unas canciones maravillosas que nos lleva a otras perspectivas desde la salsa.
¿Y el Sinfónico de Puerto Candelaria?
Con Puerto Candelaria, en agosto, tras nuestra gira europea, tendremos nuestro concierto sinfónico con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, y llevaremos eso a una producción audiovisual. Andamos en todo el montaje que requiere hacer tu un proyecto con 105 músicos.
