‘Juan Travesías’, el ‘influencer’ de las tradiciones cordobesas
Hoy desde la paradisíaca bahía de Cispatá, mañana escalando una cumbre en el Nudo de Paramillo. Al día siguiente, navegando en canoa sobre el río Sinú para luego regalarse un bocachico frito con yuca. Para ‘Juan Travesías’, de 47 años, moverse es al mismo tiempo verbo y credo. Por eso no concibe una vida sin la libertad de moverse y recorrer su tierra natal cordobesa.
Han pasado 10 años desde que Juan Andrés Ubarnes Arrieta sale a relucir nada más cuando se trata de formalidades. Mientras tanto, ‘Juan Travesías’ es el que se lleva los focos gracias -asegura- a que con genuino interés habla de lo bueno de Córdoba y su gente. El otro ingrediente de la fórmula es la empatía, un sentimiento que considera abundante en el Caribe y que le ha abierto las puertas de todo lugar al que llega.
Si un turista le pide que le recomiende un sitio de Córdoba en especial, responde que la bahía de Cispatá. Pero antes da un repaso sobre la geografía del departamento. “Es un supermercado de cosas buenas, dividido en 30 municipios y 6 subregiones. Al fondo tenemos el parque natural Paramillo; en el medio, el valle del Sinú y el valle del San Jorge, con dos ríos y tres serranías que nos atraviesan de sur a norte. Tenemos la zona costera con 124 kilómetros de litoral y la zona de la sabana, donde se hace el sombrero vueltiao”, explica.
Otro sitio que destaca es el parque Paramillo, que comparten Córdoba y Antioquia, y que del lado cordobés abarca los municipios de Tierralta, Puerto Libertador y Montelíbano. “Solo en Tierralta hay unas 15 quebradas desde las que fluyen aguas cristalinas que puedes envasar y beber”. En cuanto a la cultura, lo primero que se le viene a la mente son las ruedas de fandango en San José de Uré, dos diferentes para nativos y turistas. “Yo, que soy cordobés, me sorprendo al ver gente de 80 años bailando. Ese es un ritual que usted solo puede ver en África”, relata emocionado.
Sin embargo, el ritual de iniciación que dio origen al personaje no tuvo nada de las emociones que hoy experimenta. La inestabilidad y pocas perspectivas que le ofrecía el oficio de periodista radial, sumado a una ruptura amorosa, antecedieron la llegada al mundo de un aventurero febril que ya no se cambia por nadie. Muchas veces en su mente ha cruzado la imagen del recién nacido ‘Juan Travesías’ -con su moto coronada por un banderín de conquistador- con el actual, que suma 37.000 seguidores entre sus perfiles de Instagram, Twitter y Facebook: la conclusión es que valió la pena.
En esta fase ha optado por expandir su radio de acción. Sin perder de vista su amado terruño cordobés, se ha lanzado a descubrir ese costado de Antioquia que tanto se le asemeja al Caribe: la región del Urabá, empezando por Turbo y todo lo bueno que, a su juicio, no se haya dicho sobre el municipio.
De los antioqueños ha tomado prestado otro verbo crucial en su vida: “puebliar”. “La idea es que vayan a los pueblitos. Visiten una quebrada, un arroyo y aprópiense del territorio. Rompan límites y verán que les queda gustando; entonces, una vez les guste, no los detiene nadie”, sugiere.
