Los Camorucos, un proyecto que protege piezas arqueológicas y árboles en Granada
Transcurría el año 2010, cuando Carlos Arturo Millán Ocampo, un ingeniero agrónomo del municipio de Granada, Meta, apasionado por la conservación ambiental, el aviturismo y la botánica; con sus recursos consiguió un predio de aproximadamente 7 hectáreas con al ánimo de proteger especies que él veía en riesgo, así nace lo que hoy se conoce como Los Camorucos.
Los Camorucos es una reserva natural, donde se maneja inicialmente la conservación y recolección de semillas de árboles frutales de la Amazonía en peligro de extinción, es un banco de semillas las cuales buscan aportar a los proyectos de reforestación en la región, al que posteriormente se le agregó un proyecto mariposario, un museo arqueológico y una colección de semillas, con el objetivo de crear un espacio acogedor al visitante.
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El proyecto se vio truncado en 2018 cuando fallece Carlos Millán, y para el 2022, su hijo Santiago Millán, decide mantener vigentes los proyectos de su padre y cuidar de los cultivos de frutos amazónicos que hacen parte de la dieta de los pueblos indígenas que habitan la región, agregándole al proyecto el servicio de hospedaje generando una mayor oferta.
“Inicialmente, queríamos hacerle entender a la comunidad de la región Amazonía y Orinoquía que nosotros tenemos unos frutales que son catalogados como un superalimento, que aparte de que se pueden cultivar fácilmente, tienen muchas propiedades nutricionales, esto con el objetivo de contrarrestar lo que hemos denominado como la pérdida de identidad, lo que ha llevado a que consumamos y cultivemos frutos que nos son ni de nuestro continente” indica Santiago Millán, quien lidera el proyecto Los Camorucos.
“Desde la creación del proyecto de conservación se ha trabajado por crear consciencia en las personas y abrir esos espacios de diálogo y conocimiento sobre lo importante de la región, así como convertirlo en un referente para la divulgación de las riquezas que existen en estos ecosistemas” afirmó Santiago, quien demás probó “En esta reserva tenemos cultivos y conservación de semillas de Asaí, Copoazú, Chontaduro, Pusuy, entre otros, frutos que son propios de la zona y que se han ido perdiendo”
Para el sostenimiento de este proyecto, se adelantan estrategias como los intercambios de voluntariados de jóvenes extranjeros quienes canjean servicios de hospedaje y alimentación por mano de obra, que termina siendo el cuidado y mantenimiento de algunos espacios.
“En Los Camorucos se tejen varias historias, entre ellas está el cuidado de conservación de plantas amazónicas y la conservación de piezas arqueológicas que, posiblemente, pertenecieron al pueblo Guayupe que habitó la región antes de la llegada de los españoles”, aseveró Santiago Millán.
Adremás, aseguró no conocer sobre las piezas arqueológicas, pero que desde que tiene memoria su padre conservó y cuido, ejercicio que él continúa con el acompañamiento del Instituto de cultura del Meta y los programas de conservación.
“Los Camorucos es principalmente un proyecto de conservación. Desde 2011, el sitio se ha transformado de la agricultura intensiva a un refugio de vida silvestre. A través de la plantación de árboles y flores nativas” es la frase con la que se describe el lugar en su página de Facebook.
