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Restituyen tierras a 360 familias indígenas del Cesar y Magdalena

Los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta habían sido desalojados por grupos guerrilleros y paramilitares.
Foto: Unidad de Restitución de Tierras
Humberto Carrillo

El juzgado Cuarto de Descongestión Civil del Circuito Especializado en restitución de tierras de Santa Marta, falló a favor de indígenas de la Sierra Nevada desalojados por grupos guerrilleros y paramilitares.

Los beneficiarios de la restitución de tierras son integrantes de los Resguardos Issa Oristunna (Nueva esperanza) y Kajmanta-Itti Takke, y los asentamientos Ette Butteriya-Nara y Diwana ubicados en los departamentos de Magdalena y Cesar.

Según la Unidad de Restitución de Tierras, entidad adscrita al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, esta histórica sentencia judicial cobija a 360 familias pertenecientes a la etnia Ette Ennaka, asentadas en 2.463 hectáreas, distribuidas en Sabanas de San Ángel y Santa Marta, estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, especialmente en las cuencas vecinas y circundantes del Ariguanicito, Fundación, Nabusímake y la Ciénaga Grande de Santa Marta; y hacia el sur, desde las cuencas de Ariguaní, El Copey, Caracolicito, Bosconia y Valledupar, en el departamento del Cesar.

La primera medida, adoptada por el Juzgado Cuarto de Descongestión Civil del Circuito Especializado en restitución de tierras de Santa Marta, es para amparar y restituir los derechos territoriales del Pueblo Ette Ennaka (Chimila) en torno al Resguardo Chimila o Cacahueros (en adelante Issa Oristunna); los asentamientos Ette Butteriya y Nara Kajmanta, en el departamento del Magdalena; e Itti Takke y Diwana, en el departamento del Cesar, los cuales fueron afectados por el conflicto armado.

Luego de un largo proceso, la justicia colombiana ordenó culminarlo con la ampliación, restructuración y saneamiento del Resguardo Issa Oristunna, así como medidas de acceso, interconexión y tránsito con el asentamiento Ette Butteriya en Sabanas de San Ángel (Magdalena), para la protección de la propiedad colectiva y la seguridad jurídica del territorio.

El pueblo Ette Ennaka sufrió las consecuencias de la violencia, por la presencia de los grupos guerrilleros y las Auc, cuyo accionar, especialmente en 1994, desencadenó el despojo y desplazamiento de la mayoría de la población indígena hacia los asentamientos Nara Kajmanta, Itti Take y Diwana, ubicados en los departamentos de Cesar y Magdalena.

La Unidad de Restitución de Tierras se encargó de socializar la sentencia a las comunidades favorecidas, en reunión con las máximas autoridades de los resguardos, quienes conocieron cada una de las medidas aplicadas en la etapa de posfallo para lograr el pleno restablecimiento y goce efectivo de sus derechos territoriales.

El gobernador del pueblo Ette Ennaka, Víctor Alfonso Rojano, expresó su complacencia por el fallo, afirmando que “quedó claro el alcance de las órdenes, las entidades responsables y la necesidad de concertación previa entre las autoridades gubernamentales e indígenas, como elementos fundamentales para la materialización de la sentencia”.

Por su parte, la directora territorial Cesar- Guajira, Claudia Mireya Manotas Mejía, aseguró que “la socialización busca reivindicar los derechos territoriales de esta comunidad indígena que requiere preservar sus costumbres, realización de sus ceremonias espirituales tradicionales y la visita a sitios sagrados, entre otras órdenes”.

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