Livia Ribeiro quiso comprobar si lo que varios conocidos de la ciudad brasileña de Manaos (norte) le habían comentado era cierto: una inesperada aparición de decenas de grabados rupestres con formas humanas, en la orilla de un río amazónico.
La sequía que enfrenta la Amazonía ha dejado nuevamente al descubierto en las últimas semanas decenas de grabados precoloniales, esculpidos sobre piedras hace aproximadamente 2.000 años y desconocidos por la mayoría, en un área de la capital amazónica conocida como Praia das Lajes.
"Creí que era mentira. (..) Nunca había visto esto. Vivo hace 27 años en Manaos", dijo esta administradora, poco después de deslumbrarse por los grabados, que la llevaron a pensar en sus "antepasados".
El registro arqueológico no suele ser visible ya que permanece habitualmente cubierto por las aguas del Río Negro, cuyo caudal registró el martes su nivel más bajo en 121 años.
La aparición de los grabados, que encantan por igual a científicos y público general, se contrapone a las urgencias enfrentadas por cientos de miles en la región.
"Nosotros venimos, miramos (los grabados) y nos parecen lindos. Pero, al mismo tiempo, es preocupante. Hay muchas personas que están en dificultades y también pensamos en ellas. Pienso también si este río existirá dentro de 50 o 100 años", admitió Ribeiro.
La sequía en la Amazonía ha reducido drásticamente las últimas semanas los niveles de los ríos, afectando sensiblemente a una región que depende de un laberinto de vías fluviales para el transporte y abastecimiento.
El gobierno brasileño ha enviado ayuda de emergencia a la zona, donde las orillas de los ríos, normalmente bulliciosas, se han convertido en tierras quebradas, salpicadas de barcos varados.
Según los expertos, la estación seca en la Amazonía ha empeorado este año por la acción de El Niño, sumado al efecto del cambio climático.
Los grabados de Praia das Lajes, un sitio arqueológico de "gran relevancia" según Jaime Oliveira, arqueólogo del Instituto Brasileño de Patrimonio Histórico (Iphan), habían sido descubiertos en 2010, durante otro período de sequía no tan severo como el actual.
El conjunto de rocas donde aparecen los registros está flanqueado por una densa selva de un lado, y al otro las bajas aguas amarronadas del Río Negro.
En su mayoría, los grabados remiten a rostros humanos, algunos de forma rectangular y otros de forma ovalada, con sonrisas o gestos más adustos.
"El sitio expresa emociones, sentimientos, es un registro rupestre, pero tiene algo en común con las obras de arte actuales", dijo Oliveira.
Para Beatriz Carneiro, historiadora y miembro del Iphan, Praia das Lajes tiene un valor "inestimable" para que la ciencia comprenda los primeros pueblos que habitaron la región, un campo todavía poco explorado.
"Infelizmente ahora vuelve a aparecer con el agravamiento de la sequía", pondera Carneiro.
"Tener de vuelta nuestros ríos (crecidos) y mantener los grabados sumergidos ayudará a preservarlos, inclusive más que nuestro trabajo", agregó.