Autolesiones: ¿por qué se presenta el cutting y cómo prevenirlo?
Una autolesión es una conducta que está relacionada con un intenso estrés emocional que no puede ser gestionado de forma saludable por el paciente. Ya sea porque su entorno es disfuncional o por una baja de serotonina. Así lo describe la psicóloga Montse Fernández, especialista en psicología clínica en adultos y terapia Gestalt.
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Aquellas personas con este comportamiento, generalmente tienen pensamientos recurrentes que son difíciles de soportar o sentimientos desesperados, añade la psicóloga y explica que como hay una gran dificultad para controlar sus emociones, trasladan ese no control a otra acción lesiva que creen que sí pueden manejar: la autolesión.
Causas del síndrome de ‘cutting’
De acuerdo al Instituto de Neurociencias de Ecuador, los niños, niñas y adolescentes que se lastiman a raíz de este síndrome pueden estar padeciendo abuso sexual, físico o emocional, bullying escolar, violencia intrafamiliar, estrés, problemas cognitivos, separación de los padres, autismo, trastornos metabólicos, un duelo cercano y reciente, problemas de comunicación con sus padres, ansiedad o depresión.
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En su página web el instituto describe las principales señales de alarma para ser tenidas en cuenta por padres, madres, maestros y cuidadores
- Cambios en la forma de vestir con ropa larga o uso de bisutería para tapar las lesiones
- Aislamiento
- Quemarse la piel
- Pincharse con agujas o alfileres
- Golpearse la cabeza
- Morderse
- Arrancarse el cabello
- Arañarse
- Tatuarse
¿Cómo ayudar a una persona que se autolesiona?
Lo primero que se debe entender es que “autolesionarse es una forma de destruirse, que predispone al paciente al suicidio”, afirma la psicóloga Leah Orchinik de la ONG Kids Health.
Para evitar llegar a estos niveles de inestabilidad emocional es importante que los padres aprendan a comunicarse con sus hijos desde pequeños para que su adolescencia sea plena y feliz, complementa la profesional.
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En estos casos, Ana Isabel García, psicóloga sanitaria especializada en niños, adolescentes, familias y adultos sugiere que si existen indicios de estos comportamientos no se debe juzgar al niño o al adolescente para evitar caer en revictimización.
Los acercamientos asertivos son claves para abrir los canales de comunicación con ellos. “Es muy importante que puedas ayudarle a expresar el malestar que le ha llevado a autoinfligirse ese daño”, puntualiza García.
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La profesional enfatiza en que una vez que su malestar ha sido manifestado, es conveniente proponerle una ayuda externa desde la psicología. Las sesiones de terapia pueden aplicar diferentes técnicas para tener una conciencia plena sobre su cuerpo y cómo aprender a cuidarlo.
Dependiendo de las alteraciones conductuales y en los casos donde el cerebro tiene alterada su química, se hace necesario recurrir a la psiquiatría para complementar el tratamiento, concluye la experta.
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