Día Internacional del Artista, un homenaje a aquellos que inspiran al mundo

El artista es una oveja que se separa del rebaño.
W. Gombrowicz

Ellos y ellas nos han sacado de la cotidianidad, nos han emocionado y maravillado, dejando en nuestros sentidos, en nuestros corazones y en nuestro intelecto unas marcas que recordamos, que nos interpelan. ¿Por qué? Porque los artistas nos hacen descubrir una nueva realidad, nos muestran facetas que ni siquiera sospechábamos, nos llevan a la belleza, a la armonía o, al contrario, a sentir el dolor, el horror o el terror de un modo magistral.

Como dice el famoso y enigmático Bansky, que pone su impronta en las calles, “el arte debe reconfortar a los perturbados y perturbar a los que están conformes”. 

Y esto ocurre desde tiempos inmemoriales, empezando por las pinturas rupestres de la prehistoria. A todo lo largo de la Historia humana se han ido desarrollando las artes como testimonio de las sociedades. Sus huellas hacen que los artistas sean más recordados que la mayor parte de los políticos.

El artista, igual que el científico o el filósofo, se interroga sobre la realidad, pero con otra perspectiva: su subjetividad, su imaginación, su musa, su creatividad y sus sueños. Gracias al arte llegamos a otros mundos que nos asombran.

En la lista de preferencias, están primero los objetos de consumo que aquellos objetos únicos que resultan de un esfuerzo creativo individual. Por ello, la retribución social a los artistas no ha sido suficiente. Buena parte de ellos tienen que soportar temporadas de escasez económica.

Las penurias de los artistas pueden ser también sociales o psicológicas. No son desconocidas historias como la del singular y admirable compositor alemán Beethoven, cuya sordera no fue obstáculo para que compusiera las más bellas sinfonías, que se siguen interpretando en el mundo entero. Otros como Van Gogh murieron en la pobreza y padecieron el abandono y luego de su muerte, sus obras alcanzaron precios inimaginables. 

Otros casos, como el de Mozart, siguen estando vigentes, pues se tuvo que plegar largo tiempo a los rigurosos requerimientos musicales de su época antes de poder componer con libertad sus bellas operas. 

Para los artistas los caminos pueden ser arduos, entre otros aspectos porque en el imaginario social el artista es alguien improductivo. Vivir del arte puede resultar muy difícil para muchos; la conquista del mercado no siempre es fácil.

A la vez, todavía son muchos quienes continúan su actividad creativa sin tener en cuenta esta circunstancia, siempre en búsqueda de su identidad y de su esencia.

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Ser artista implica disciplina y paciencia. En general, hasta los artistas más reconocidos han tardado una o dos décadas para recibir el aplauso de la crítica y del público. Algunos fueron patrocinados por mecenas con la obligación de plegarse al gusto o los intereses de ellos. 

El mecenazgo floreció especialmente en el Renacimiento, resultado de ello fue la Capilla Sixtina del Vaticano, encargada a Miguel Ángel por el papa Clemente VII. Posteriormente fue notorio el apoyo del rey de España Carlos IV al pintor Goya, o de Napoleón al pintor David. Pero a finales de siglo XIX la burguesía triunfante, con empresarios y banqueros es la llamada a ejercer el mecenazgo. Aparecen protectores como Rothschild y Rockefeller. Además, se crean fundaciones que apoyan el trabajo artístico. Hoy tenemos un mecenazgo digital a través de las plataformas, como el “crowfunding”, que reúnen fondos a través de colectas en línea.

En Colombia, por la ley 881 emanada del Congreso en 2004, se rinde homenaje a los artistas del país durante el mes de octubre de cada año, dándoles prioridad en todo tipo de formatos y expresiones, en los escenarios públicos del país, a través de los medios escritos, radiales y televisivos.

Esta tarea, sin embargo, no ha tenido mayor despliegue. Y no es por falta de artistas. En el país hay representantes con un genio creativo incomparable. 

En la literatura, la música, el teatro, la pintura, la poesía, la danza y otras artes, podemos sentirnos orgullosos y complacidos. En nuestra tierra, la vocación artística ha dejado grandes nombres. A la vez, en el contexto de un largo conflicto sociopolítico el arte ha sido la alternativa para seguir construyendo un país con esperanzas.