Mujeres que son monumentos: La Minerva de la Luis Ángel Arango
Desde 1958, año de inauguración de la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá (BLAA), una mujer, una escultura de mujer, recibe y saluda a los transeúntes y visitantes del centro de Bogotá, sobre la calle 11 con carrera 4. Ella es Minerva, la primogénita del Dios Júpiter, y diosa romana de la sabiduría, a quien Luis Ángel Arango, su promotor y quien fuera gerente general del Banco de la República, eligió como guardiana de la biblioteca pública más representativa e importante del país.
Pero, ¿Por qué Minerva como custodia? Minerva, que equivale a Atenea en la mitología griega, explica Efraín Sánchez, doctor en Historia de la Universidad de Oxford, asesor de la BLAA y de la Red de Bibliotecas del Banco de la República, "además de ser la diosa de la sabiduría, es la diosa de la civilización, de la ciencia, de la educación. Tiene una cantidad de significados en la mitología romana muy acordes con lo que representa la Biblioteca Luis Ángel Arango como casa del conocimiento: de un lugar donde no solo se difunde sino se crea conocimiento”.
Esta erguida e imponente escultura, de mirada fija y actitud guerrera, obra del artista italiano Ludovico Consorti, y que llegó a Bogotá desde el taller Marinelli en Florencia (Italia) donde fue fundida en bronce, presenta algunas particularidades: un cuerpo de metal, vestimenta sencilla, que se muestra descalza caminando con el pie derecho atrás y el izquierdo dando el paso en un posición corporal firme, lista a asumir cualquier reto, con actitud evocadora de fuerza, convicción y confianza; lleva en su mano izquierda, no una hoja de oliva como siempre se le ha consagrado, sino una ramita de café, como una forma de colombianizarla.
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“Hay algo muy interesante de cuando encargaron su elaboración, aunque desconozco detalles más exactos, y es que se le dieron atributos colombianos, además de la rama de café, por ejemplo, está en el escudo, la figura un búho, figura que hace parte del complejo del Parque Arqueológico de San Agustín, en el Huila, y que se interpreta como el búho que ha acompañado a Minerva siempre, un animal que evoca conocimiento”, agrega Efraín Sánchez.
De acuerdo con algunos investigadores, este símbolo representó en los antiguos agustinos posiblemente la creación, el origen de la luz y del fuego y de la jerarquía política, es decir, el símbolo por excelencia del poder, muy acorde con el espíritu de la guerrera Minerva. “Hay otros atributos como la lanza, y la serpiente que sobresale en el casco, animal símbolo de agilidad e inteligencia”, afirma Sánchez.
A Minerva también se le atribuían grandes habilidades para crear técnicas y estrategias de guerra, “siendo a la vez diosa de la guerra y la paz, protectora de Roma, y protectora además, de la civilización romana y hasta de los artesanos romanos”, añade el asesor de la Biblioteca. También se dice que para muchos filósofos e inventores de la época Minerva era inspiración de sus proyectos, gracias a su que se le relacionaba con la inteligencia.
Algo de historia
Respecto de su origen existen varias versiones, aunque la que más se ha aceptado es la que señala que era hija de Júpiter, la deidad suprema de los romanos, que no tuvo madre- aunque sí madrastra: la diosa Juno- y que nació de la cabeza de su padre. Según la leyenda, Minerva nació después de que Júpiter se comiera viva a Metis (su primera esposa y diosa de la prudencia) momento en el cual sintió un dolor de cabeza muy fuerte por lo que buscó a Vulcano- dios del fuego y los metales- para que le ayudara a calmar el intenso dolor.
Ante la petición, Vulcano optó por abrirle la cabeza a Júpiter para examinar qué producía el malestar, momento en el que apareció Minerva, que nació en edad adulta, vestida y armada para la batalla con un casco, una lanza y un escudo, ayudando a su padre en Gigantomaquia, la guerra contra los Gigantes, en la que distinguió por su coraje y valentía. Atributos que la hicieron acreedora al título de diosa protectora de Roma.
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Minerva también fue llamada por el poeta Ovidio como ‘La Diosa de las mil obras’, por las múltiples actividades que realizaba en diversos ámbitos, como el comercio, las artes, la medicina, la poesía, las artesanías, entre muchas otras, conformando además la poderosa Tríada Capitolina, junto a Júpiter y Juno, y siendo adorada en toda Italia.
No obstante, con el reconocimiento del cristianismo como religión de Roma en el siglo IV d.C., el culto a las diversas deidades, incluida Minerva, desapareció. Sin embargo, son varios los lugares en el mundo, principalmente en establecimientos culturales y educativos, donde se erigen esculturas en su honor como las que se encuentra en el centro de la Universidad La Sapienza, la universidad más importante de Roma, al frente de la Universidad de Columbia, sobre la piedra angular en la entrada principal de la Biblioteca Pública de Boston, en la terraza del Círculo de Bellas Artes, en Madrid (España), y por supuesto, a la protagonista de esta nota, que se ubica a la entrada de la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá, una de las más visitadas en el mundo.
Y, ¿por qué una mujer? “Hay algo bien particular, y es que se fijan bien, en los símbolos del Banco de la República aparecen otras mujeres, como la Mariana de la Libertad en su logo, así como otras en billetes y monedas, como una alegoría de la República, una representación de figura femenina que viene particularmente de Francia, de la época de la Revolución Francesa. Por eso, no es raro que se haya escogido a una diosa romana, sobre todo si es una diosa que tiene como característica todo lo que representa: sabiduría, civilización, conocimiento. Por eso se eligió a una mujer”, asevera Efraín Sánchez, asesor de la Biblioteca Luis Ángel Arango.
