‘Dolor y esperanza’, una exposición de Guayasamín en momentos de crisis
Hasta finales del mes de julio de 2021, la Galería Duque Arango de Medellín presenta la exposición ‘Dolor y Esperanza’ de Oswaldo Guayasamín, un ecuatoriano nacido en 1919 y fallecido en 1999, además de uno de los artistas más influyentes de Latinoamérica en el último siglo. Son 32 obras que recogen su expresionismo figurativo, entre ellas: pintura, dibujo, escultura, obra gráfica, mural, joyería y concepciones arquitectónicas.
Tomás Ochoa es otro de los grandes artistas del vecino país y quien incluye en su obra multimedial pintura, fotografía, video e instalaciones, además de ser un gran conocedor de la obra de Guayasamín. El maestro destaca la importancia de esta exposición y de los conceptos que la rodean: ‘Dolor y esperanza’, justo en momentos en que Colombia atraviesa por una crisis social.
“El dolor del indio es el mismo que el de los campesinos mestizos, afro o descendientes de españoles. Es el mismo de los millones que habitan en los cinturones de miseria de nuestras grandes ciudades. La esperanza del arte siempre va a ser de influir a mediano o largo plazo en el imaginario simbólico de una sociedad, hacer visible lo invisible, proponer nuevas lecturas de los tiempos e impugnar el poder y lo establecido. Hacer de su esperanza la nuestra”, asegura Ochoa.
En la década de los setenta, Guayasamín produjo importantes series de pinturas entre ellas ‘Mujeres llorando’, rostros conmovedores que hablan del dolor y desesperanza. Con colores fúnebres como el negro y gris podemos ver, no solo sus rostros angustiados, sino manos implorantes. En este conjunto de obras, según Miguel González, curador de la exposición “se expresa no solo un mundo físico deformado y caricaturizado, sino una alegoría a la violencia moral, al ámbito del sufrimiento, la opresión, en seres atormentados, premonitorios del deterioro, la orfandad y la muerte”.
Para Tomás, conocer la obra de Guayasamín es una manera distinta de comprender el mundo y lo que pasa a nuestro alrededor. Resalta que el trabajo de este artista es fundamental, porque visibilizó a las minorías indígenas, que paradójicamente son la población mayoritaria en Ecuador, Perú y Bolivia.
“Sintetiza en su obra la odisea que los pueblos originarios padecieron tras la conquista y el posterior régimen feudal al que han sido sometidos hasta nuestros días. Desde una perspectiva contemporánea, lo más grande que hizo Guayasamín, que en realidad era mestizo como el que habla, es su declaración performativa: ‘Yo soy Indio carajo’”, explica Ochoa, quien propone no perderse esta muestra, a la que es posible asistir de manera presencial o realizar una visita virtual en 3D a través de la página web de la Galería Duque Arango.
“El conocimiento que ofrece el arte de Guayasamín, lo hace a través de la descarga emocional inmediata y perdurable que suponen las imágenes que nos llegan a conmover. Si estas revelaciones subjetivas tienen la suficiente carga simbólica para convertirse en imaginario colectivo, entonces la tarea del artista se habrá cumplido”, afirma el experto.
