El Amazonas y sus colores, la inspiración del artista ticuna William Ahuë
San Juan de los Parentes es un resguardo indígena de la comunidad Ticuna, localizado en Leticia, capital del departamento del Amazonas, cuya población vive principalmente del cultivo de la tierra, la pesca y el comercio, y es el hogar de William Ahuë, un joven indígena de 22 años, que encontró en la pintura la mejor forma de expresar el amor que siente por esta tierra y el orgullo que representa para él pertenecer a su comunidad.
Sus primeros trazos fueron dibujos en blanco y negro hechos sobre hojas de papel solo con un lápiz. Durante sus inicios se esmeró en ir mejorando su técnica y perfeccionando las figuras de flores, árboles y rostros que en ese entonces fueron su principal inspiración. “Yo dibujaba todos los días, y veía que cada vez mi trabajo se veía más bonito, eso me motivaba a ser cada día mejor”, comenta William.
El blanco y negro predominaron en sus trabajos iniciales. Al tiempo que crecía en edad también aumentaba su curiosidad artística y sus deseos de explorar otros elementos, otras técnicas y otros protagonistas. “Quería cambiar, definir mi propio estilo; así empecé a trabajar con más colores, con los colores de la naturaleza, del sol, del cielo, con los animales, las flores, con esos colores que en el Amazonas proyectan una luz especial, brillante y con los que logro conectarme”, señala el joven artista.
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Del papel pasó a pintar sobre lienzo, Yanchama (una fibra milenaria que se obtiene de la corteza del árbol del mismo nombre), cartón, triplex, pared, y sobre cuerpos humanos; del lápiz a los vinilos. De las flores, árboles y rostros a plasmar la biodiversidad de su Amazonas del alma. “Salí a recorrer otros lugares, a conocer otras personas, a adentrarme en esta selva, en ese hermoso, pero misterioso río Amazonas, en los atardeceres, en la gente, la comida, la música, en todo lo hermoso que tenemos aquí”, resalta William.
Sus cuadros reflejan esa riqueza natural y cultural de la región, el espíritu y la cosmogonía ancestral de las comunidades, esa atracción especial que siente por plasmar lo que evocan en él, el agua, la naturaleza, los rostros-especialmente los de los abuelos y las abuelas-, las curvas de los torsos y cuerpos humanos, el mar, ese mar que tuvo la oportunidad de conocer hace poco gracias a un viaje que realizó a la costa Atlántica colombiana y que lo impactó.
Pintar, dice, lo hace ver un mundo diferente, “me cambia la perspectiva de muchas cosas, me lleva a otra dimensión, me alegra, me ayuda a ir encontrando ese lugarcito en este mundo, me fortalece cuando a veces las cosas no salen bien. Pintar me confirma que lo que quiero hacer en mi vida es arte”.
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Por amor al arte
Su arte también “rueda” por las calles de la capital amazonense, gracias a la intervención artística que realizó a un tuc tuc, los mototaxis que se utilizan como medio de transporte en Leticia, en el cual representó esa biodiversidad propia del Amazonas, y que le ha valido ser uno de los tuc tuc preferidos especialmente por los turistas que visitan la ciudad.
En esa inconmensurable necesidad de pintar, William ha incursionado además en el maquillaje artístico, un campo que le apasiona. “Quería pasar a otro nivel, hacer algo diferente, así empecé a utilizar los rostros y cuerpos humanos como lienzo. Una amiga maquilladora, me invitó a explorar esta nueva faceta, y decidimos lanzarnos pintando personajes de Avatar, una película que me gusta mucho por los colores, los animales fantásticos, los indígenas azules, por el mensaje que transmite, de esas relaciones de los nativos con el bosque, la flora, la fauna”, apunta.
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El resultado y los comentarios positivos de la gente lo han motivado a seguir fortaleciendo sus habilidades artísticas, y ahora sueña con poder estudiar artes plásticas, exponer su trabajo fuera del Amazonas, dictar talleres de arte a niños jóvenes y adultos, mostrar el talento que hay en la región no solo en pintura sino en canto, baile, teatro, artesanías; así como trabajar como maquillador artístico en producciones de teatro y cinematográficas.
“Anhelo con que cada día se abran más espacios de formación, talleres, escuelas artísticas, especialmente para los jóvenes, donde se promuevan nuestros talentos, donde nos permitan cumplir nuestros sueños, donde podamos, a través de todas estas manifestaciones culturales, ayudar a construir un mejor país, un mejor lugar para vivir, donde prime el respeto por nuestros recursos, por nuestros ancestros, por nuestra Madre Tierra”, apunta William.
Mientras tanto, el joven pintor indígena sigue recorriendo los rincones de su Amazonas, fotografiando paisajes y plasmando la belleza de un una región rica y diversa.
