Vuelve la carranga a la plaza de Tinjacá, Boyacá

La versión del merengue vallenato, interpretada con guitarra y guacharaca por Guillermo Buitrago y Julio César Bovea, se popularizó en gran parte del territorio nacional a finales de la década de los años cuarenta gracias a Discos Fuentes y a emisoras como Radio Sutatenza que cumplieron un papel determinante en la educación y el entretenimiento del campesinado colombiano.

Fue entonces que, en la parte nororiental de la región andina, es decir, en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Santander, los músicos populares comenzaron a ejecutar un nuevo ritmo que mezclaba con gracia la guabina, el torbellino, el pasillo y, por supuesto, el merengue vallenato. Así nació el merengue boyacense, antecedente inmediato de lo que hoy conocemos como carranga.

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Aunque la asociamos directamente con el ámbito campesino, la carranga floreció en Bogotá por obra y gracia de Jorge Veloza, Javier Moreno, Ramiro Zambrano y Javier Apraez –integrantes originales de Los Carrangueros de Ráquira-, quienes en los convulsionados pasillos de la Universidad Nacional se atrevieron a expresar su inconformidad política a través del merengue boyacense, un recurso sonoro del que se valieron para desligarse del vetusto modelo de canción social a la usanza cubana, argentina y chilena.

De manera espontánea, los cuatro enruanados hicieron “música protesta” privilegiando la sátira, la retahíla repentista y la poesía picaresca por encima del panfleto ligero. La osadía decantó en ‘Los Carrangueros de Ráquira’ (1981), un disco fundacional con el que la carranga se arraigó como un género festivo en buena parte de las geografías urbanas y rurales colombianas.

De los cientos de encuentros y conmemoraciones que giran alrededor de la carranga, el Festival Convite Cuna Carranguera sobresale por su programación arriesgada y variopinta en la que se privilegian los encuentros generacionales. Al respecto, su director Eduardo Villareal puntualiza: "Hemos brindado una oportunidad invaluable para que más de 80 agrupaciones de todos los niveles den a conocer su trabajo y hemos revivido la tradición de la música carranguera en la zona. Nuestro compromiso es seguir difundiendo las músicas campesinas de Colombia, especialmente las de la zona andina, brindando un espacio para las nuevas generaciones, los niños, los jóvenes y las escuelas de música".

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Tras varios años de patiboleo entusiasta, el Convite llega a su edición número 15 luego de sortear la contingencia sanitaria y algunos problemas presupuestales. El regreso a la plaza municipal de Tinjacá, que ha sido el hogar del Festival en la mayoría de sus ediciones, además de resaltar la tradición, expondrá en el escenario novedosos experimentos que revelan a la carranga como una música en metamorfosis permanente.

Así las cosas, entre el 19 y el 20 de agosto, quienes se aventuren a visitar este cálido municipio boyacense ubicado en la Provincia de Ricaurte a 18 kilómetros de Villa de Leyva, podrán disfrutar de un suculento plato que incluye, entre otros, a Jacinto y sus Hermanos, Labranza, Los Rolling Ruanas, El Son del Frailejón, Alex y Evelio, Los Carrangomelos, Los Embejucaos, El Nuevo Amanecer, Los Mochileros y Palos Criollos, esta última, una agrupación de música llanera que, según Marco Villareal, curador y programador artístico del Convite, “(…) llevarán una riqueza musical única al evento”.

Previo a las jornadas musicales, se llevará a cabo el 3er Congreso Nacional Carranguero -del 17 al 20 de agosto- en modalidad mixta (virtual-presencial), en el que se presentarán ponencias, investigaciones, tesis, artículos, libros y ejercicios de investigación-creación alrededor de las diversas formas de la carranguería. También, durante el festival, se llevarán a cabo tres conversatorios con la participación de personas conocedoras y cultoras de las músicas campesinas, incluyendo un espacio a cargo de Jorge Velosa, quien presentará sus dos libros y deleitará a la asistencia con sus coplas y versos.