¡Al pan, pan! Conoce la historia de este alimento de la canasta familiar
Alimento básico, versátil y el menos costoso, a pesar de la carestía. A través de la historia ha salvado a muchos del hambre, no solamente durante las guerras. En la antigua Roma, el pan era tan importante que a la comida (carne, legumbres, harinas, entre otros) se le llamaba cunpanicum: la que acompaña el pan.
Su preparación es sencilla. Mezcla de agua, harina de trigo u otros cereales y levadura, que se cocina en un horno. Vino desde el antiguo Egipto se propagó a Grecia e Italia. A partir de los procesos de conquista, los europeos lo difundieron por el mundo. En América fue adoptado de manera casi inmediata y terminó compitiendo con la arepa. Hoy hay una enorme variedad de panes.
En la antigüedad el pan fue sagrado, era símbolo de la fecundidad de la tierra. Con los relatos de los evangelios sobre la vida de Jesús el pan adquiere una dimensión mística y sobrenatural. No son pocos los episodios; uno de ellos el milagro de la multiplicación de los panes. Más importante aún es la Última Cena en la que Jesús declara: Tomad, este es mi cuerpo. Por mucho tiempo ha sido costumbre, en muchos hogares, bendecir el pan.
Este alimento tiene una historia ligada al desarrollo de las sociedades. Es uno de los víveres básicos, probablemente el más apreciado, capaz de salvar de la muerte por inanición. Era considerado tan importante que su robo implicaba penas desproporcionadas de cárcel.
Puedes leer:
- El pandebono y el pan de queso están entre los 10 mejores del mundo
- Mote de queso, prestigiosa obra gastronómica de la cocina costeña
- La morcilla o rellena: tradición del Tolima y Huila
No es difícil recordar a Jean Valjean, el personaje de la novela Los Miserables de Víctor Hugo, quien pasó cinco años en una prisión por robar algo de pan para calmar el hambre suya y de su familia. El lugar notable del pan en la literatura también puede recordarse con El Lazarillo de Tormes, novela picaresca española del siglo XVI en la que el chico roba las llaves del guarda comida de su amo para conseguir pan y al ser sorprendido asegura que el robo lo hicieron los ratones. Por su lado, en cuentos infantiles, como el de Pulgarcito y Caperucita el pan ha sido parte del relato.
Durante décadas, en las manifestaciones de trabajadores las consignas hacían referencia a la necesidad de pan. “Queremos pan y libertad”, entre ellas.
En Francia, aunque el consumo de pan ha ido disminuyendo, sigue vigente el rito de hacer cola después de la jornada laboral para comprar la baguette, que se come desde el año 1835. Esta variedad de pan fue declarada por la Unesco patrimonio inmaterial de la humanidad.
La palabra compañero significa “que comparte el pan”. En el lenguaje coloquial todavía hoy, se conservan y se oyen dichos como: “Con hambre no hay pan duro”, “con pan y vino se anda el camino”, “ni mesa sin pan, ni ejército sin capitán, ni moza sin galán”, “al pan pan y al vino vino”. Y porque sigue siendo la base de la alimentación, aun en las calles escuchamos decir, “por favor, deme para un pan”.
