Camilo Torres Restrepo: 57 años del sacerdote rebelde

En un combate con el Ejército en la vereda de Patio Cemento en Santander, el 15 de febrero de 1966, cayó Camilo Torres (1929-1966, sacerdote, sociólogo, investigador y líder político colombiano, recién entrado a las filas del Ejército de Liberación Nacional (Eln), organización guerrillera nacida a raíz de la Revolución cubana y cuyos primeros jefes se prepararon militarmente en la Isla.

Aquella fue la última etapa de un trasegar por su ejercicio sacerdotal, la docencia y la investigación; por el análisis de la sociedad colombiana, el contacto y el compromiso con los sectores populares urbanos y rurales, las organizaciones políticas de izquierda y el movimiento estudiantil, con el cual tuvo estrecha relación en la Universidad Nacional. Y, finalmente, la creación del Frente Unido (1965) que pretendía agrupar a todos los que querían que se acabara el régimen del Frente Nacional, por excluyente y sordo a los reclamos de amplios sectores.

Llegó a ser un líder aclamado en todo el país cuando iba a las provincias a reunirse con líderes sindicales y políticos y con la gente del común. Camilo Torres optó por la lucha armada debido a la persecución de la que era víctima por parte del Estado y de la Iglesia, pero también porque terminó creyendo que era el único camino válido para las transformaciones estructurales de Colombia.

Nacido en una familia de clase alta, estaba destinado a brillar como abogado, pero si bien entró a la facultad de Derecho de la Universidad Nacional, se quedó apenas un semestre. Sintió que tenía vocación sacerdotal y entró, en 1947, al Seminario Mayor de Bogotá, en donde siete años después fue ordenado.

Sus inquietudes sociales lo llevaron a Bélgica donde ingresó a la famosa Universidad Católica de Lovaina, para seguir estudios de sociología. El ambiente universitario era de renovación teórica, la universidad salía al encuentro de los sectores marginados. Allí Camilo se nutrió de la enseñanzas del profesor Francois Houtart, sacerdote y teólogo que más tarde escribió importantes documentos para Acción Cultural Popular y Radio Sutatenza.

Camilo Torres, también vio y compartió la tarea de los sacerdotes obreros en Bélgica y en Francia, visitó a los obreros de las minas y se fue convenciendo que era compatible el análisis marxista de la sociedad con los ideales del cristianismo.

A su regreso, se vinculó a la Universidad Nacional de Colombia. Esta empezaba a ser el corazón de grandes debates sobre la revolución, que, a raíz del éxito de los castristas, leído en América Latina con poco rigor analítico, parecía estar a la vuelta de la esquina, en un mundo donde se daban la guerra de Vietnam y la guerra de Argelia contra el colonialismo francés.

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Camilo fue capellán de esa universidad y profesor de sociología. Fundó con Orlando Fals Borda, Virginia Gutiérrez de Pineda, Eduardo Umaña Luna y otros intelectuales la facultad de Sociología. Participó en trabajos de investigación centrados en las estructuras económicas, sociales y políticas de la nación, acompañados de una inmersión activista en los barrios más pobres.

Torres desarrollaba en sus sermones y en sus clases una posición distinta a la tradicional concepción del sentido y del papel de la religión católica, apoyaba el movimiento estudiantil, provocando la reacción airada de la jerarquía eclesiástica. Decía que “el deber de todo cristiano es ser revolucionario. El deber de todo revolucionario es hacer la revolución” Y en su mensaje a los cristianos, en 1965, decía: “La Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos”.

Terminó por renunciar al sacerdocio. Pero siguió su tarea, por un lado en el Incora en los Llanos y como decano en la ESAP (Escuela Superior de Administración Pública). Ya estaba en contacto con la dirigencia de los grupos de izquierda (Partido Comunista, Anapo) y con el movimiento sindical que estaba en auge.

En 1965 crea el Frente Unido que pretendía reunir todos los grupos políticos, incluyendo el Partido Comunista, y sindicales opuestos al régimen del Frente Nacional, cerrado y excluyente. Colombia en este momento ya tiene dos guerrillas, las Farc y el Eln. Y el 7 de enero de 1966, Camilo anunció que se unió al Eln, cayendo en combate tres semanas después de su ingreso.

"Muerto en combate, el lugar donde se encontraba su tumba fue un misterio durante 41 años pues, a excepción del entonces coronel Alvaro Valencia Tovar (general retirado del Ejército que en 1966 comandó la emboscada que dio de baja a Torres), nadie sabía dónde estaba sepultado. A la muerte de este general, se reveló que el cuerpo había sido escondido en un mausoleo militar", se lee en la biografía de Torres en la Enciclopedia virtual del Banco de la República. 

En julio de 2014, para el documental 'El rastro de Camilo' del director Diego Briceño Orduz, el mismo Álvaro Valencia Tovar, dio sus declaraciones para esta producción antes de fallecer y aseguró que "No quería que el cadáver de Camilo fuera convertido en una bandera política".

Al respecto, según reseña un artículo de la BBC, durante el Gobierno Santos el cuerpo de Camilo Torres "fue exhumado el 25 de enero (2016) en un panteón militar, en la Quinta Brigada de Bucaramanga, capital del departamento de Santander".

Luego de su muerte desapareció el Frente Unido. Pero las ideas de Camilo fueron semilla para el surgimiento de Golconda, grupo de sacerdotes colombianos que se creó a finales de la década de los años sesenta, en la línea de la teología de la liberación. Tuvo entre sus miembros tres sacerdotes que se enrolaron en el Eln: Domingo Laín, Manuel Pérez y José Antonio Jiménez.

Hoy el Eln, organización guerrillera que ha tenido un desarrollo accidentado, y que ya no es vista con los mismos ideales de sus primeros años, está en negociaciones de paz con el Gobierno colombiano. Pero Camilo Torres  mantiene, más de medio siglo después de su muerte, su imagen de rebelde incorruptible.

Te invitamos a ver ‘La sotana del padre Camilo Torres’ de la serie documental ‘La historia detrás de las cosas’ que se encuentra en RTVCPlay, donde Leonor Muñoz, una de las mejores amigas del cura Camilo Torres cuenta que conservó por más de cincuenta años las sotanas con las que él predicaba. El padre se las obsequió días antes de unirse al Eln.