Alerta en Medellín por aumento de "muertes sospechosas" de extranjeros
La alcaldía, la embajada estadounidense y otras entidades han encendido las alarmas ante las crecientes muertes, en ocasiones provocadas por la escopolamina.
Dakarai Earl Cobb, de 47 años, fue hallado sin vida el lunes en un hotel al occidente de Medellín sin sus pertenencias y sin signos de violencia. Un día antes, en el turístico barrio Laureles, empleados de un hotel encontraron el cadáver de Anthony López, de 29 años, en una habitación que habría compartido con dos mujeres.
Ambos fueron identificados por la prensa local como ciudadanos estadounidenses y sus casos están en manos de Medicina Legal, la autoridad forense en Colombia.
"Ocurre en el marco del crimen organizado (...) Son estructuras, no son hechos aislados", dijo este miércoles el secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa.
El sábado, el estadounidense Manley Mark Conley murió tras caer del piso 17 de un apartamento rentado en el exclusivo barrio El Poblado; y el 19 de enero, un lituano identificado como Tomás Gedrimas se lanzó desde un piso 12 de un hotel en Laureles.
De esas cuatro muertes en lo que va de 2024, Villa señala que "dos pueden haber ocurrido por utilizar plataformas de citas", una modalidad de robo muchas veces violenta que causó la muerte de siete extranjeros en Medellín durante 2023, tres de ellos estadounidenses, según reportes oficiales.
La delincuencia organizada aprovecha el boyante turismo en Medellín para perfilar a algunas víctimas, "en la mayoría de casos tratando de hurtarlas y en algunos degenera en posterior homicidio", reconoce el secretario.
Entre noviembre y diciembre de 2023, las "muertes sospechosas" de ocho estadounidenses en Medellín hicieron que la embajada de ese país recomendara a sus ciudadanos abstenerse de usar aplicaciones de citas en Colombia.
Según la alcaldía local, el número de visitantes extranjeros pasó de 212.000 en 2015 a 1,5 millones en 2023 en Medellín, uno de los principales destinos de Latinoamérica.
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Con 2,6 millones de habitantes, es la segunda ciudad de Colombia, el mayor productor de cocaína del mundo. Superado el estigma de haber sido cuna del barón de la droga, Pablo Escobar, los turistas llegan atraídos por el reguetón, el clima primaveral y la agitada vida nocturna.
