Esta es la historia entre la exdiputada de Santander, Ángela Hernández, y su esposo Jefferson Vega, que duró muy poco, pero el tiempo necesario para demostrarse amor puro y leal.
La mujer a dos años de haberse casado y constituido una familia, fue diagnosticada con cáncer de seno. Su esposo señaló que el propósito de Dios en ellos era que construyeran una familia rápidamente.
"Duramos pocos meses de novios y nos casamos. Hoy que se murió entiendo que debíamos hacer una familia contrarreloj y así era el destino".
Cuando estaban en su mejor momento, Ángela tuvo una recaída y llegó el diagnóstico que nadie quiere escuchar: una metástasis, con la que luchó, pero que no logró, desafortunadamente, ganar la batalla.
“Desde su lecho, ella demostró que la familia es el paraguas y es allí debajo donde se puede llevar la situación más fácil. Cuando uno está enamorado da todo por la otra persona”, dice Jefferson.
En sus últimos días, los santandereanas fueron testigos del gran amor que le profesó, quien juró en el altar amarla para toda la vida. Su esposo la acompañó en todo su tratamiento.
En el hospital contrajeron matrimonio, por segunda vez, en donde se comprometieron una vez más y se juraron estar en la salud y en la enfermedad.
Esta historia no tuvo un final feliz, pero sí uno repleto de amor.
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