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Mapiripán, Meta, un pueblo que cuenta una nueva historia de paz y resiliencia gracias a las economías agropecuarias

Los cultivos de café, cacao, proyectos de lácteos, la pesca y otras alternativas, se han convertido en el lazo con el que el pueblo mapiripense teje las historias de paz y progreso.
Mapiripán, Meta, un pueblo que renanció gracias a las economías agropecuarias
Francy González / Radio Nacional de Colombia
Francy González

Mapiripán es uno de los municipios más apartados del departamento del Meta, a este, se puede llegar vía terrestre y navegable.

Su historia ha sido dura, pero resiliente. Actualmente, la economía de esta zona del país gira en torno a la agricultura, la ganadería y la pesca.

Según el último censo del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en el 2018 el número de habitantes era de 7.325 y parte de su población ha dedicado su vida a las labores agrícolas y pecuarias, factores que cambiaron con la llegada de personas foráneas que iniciaron la siembra de cultivos de uso ilícito y que cambiaron y marcaron para siempre la historia de la región, porque detrás de estos cultivos llegaron los grupos armados y la disputa por el territorio.

“Esta historia cambió nuevamente con el inicio de los acuerdos de paz, porque la guerrilla se fue, la Restitución de Cultivos de Uso Ilícito acabó con la coca y Mapiripán quedó en pobreza extrema. Ahí fue cuando las economías agrícolas se volvieron nuestra fuente y eso es lo que hemos venido haciendo en estos años: impulsándolas”, afirmó José Tibambre, habitante del municipio. 


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Proyectos como Lácteos Sabanas de Mapiripán, TransMapiri o los impulsados por la Asociación de Productores y Comercializadores de Cacao del Meta, son muestra de la transformación de las economías que están sacando la cara a nivel regional y departamental. 

“Hemos vivido en medio del conflicto, en el centro de los grupos armados, quienes nos han dejado con un estigma y donde aún hay poca presencia del Estado”, indicó Orlando Navarro, uno de los habitantes que trabaja en el transporte fluvial y ofrece servicios de turismo. 

Mapiripán, Meta, una región que sueña con la paz

“Aquí les podemos ofrecer atractivos como pesca artesanal, recorridos por el río Guaviare, la visita a lagunas, hermosos atardeceres, avistamiento del Delfín Rosado. Somos ricos en fauna y flora y yo sé que el turismo va a ser fuerte porque tenemos mucho por mostrar”, afirmó Orlando, quien además narra las historias del conflicto que dejó dolor y muerte a su paso. 

Por las calles empolvadas y amarillentas de Mapiripán transita gente trabajadora, víctimas de la guerra, pero hoy están llenos de esperanza. Cuentan, con alegría, que han convertido su pasado en una fortaleza para forjar un territorio en paz, productivo y amigable con el medio ambiente.

“Conozco el conflicto de primera mano y sé que es difícil porque cuando vives de cerca esta realidad desde pequeño quedas con traumas, pero ya después son cosas que uno toma para salir adelante y no estancarse en algo que ya pasó. Tenemos experiencias como la de Puerto Alvira que era un caserío y quedó prácticamente abandonado cuando erradicaron los cultivos ilícitos. Hoy su gente está retornando con cultivos lícitos, pero necesitamos del apoyo del Gobierno”, afirmó Tatiana Gallego, una joven que sueña con ver crecer a su región.

La pesca, una de las alternativas económicas en Mapiripán, Meta

Por el momento, Mapiripán está en lo que ellos denominan “una transición” y esperan que desde las comunidades y con la firma de los acuerdos de paz y los programas de desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), mejoren muchas cosas: la educación, el turismo, las vías de acceso y todo lo que potenciará a su gente. 

Entre tanto, aseguran que seguirán escribiendo y protagonizando una nueva historia de paz, resiliencia y amor en este rincón del país. 

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