Hoy se celebra el Día Nacional del Café, una ocasión para rendirle homenaje a este producto insigne que según la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) genera alrededor de unos 2,5 millones de empleos y le aporta al país 3.000 millones de dólares anuales en exportaciones.
Durante la pandemia el gremio cafetero ha demostrado ser un pilar de la economía. Este sector es uno de los que no se ha visto tan afectado por el Covid-19, según datos oficiales. En los últimos siete años, señala la FNC, la producción se ha mantenido estable, con una cosecha de 14 millones de sacos anuales.
Este año, según los analistas, se presenta un panorama positivo por los buenos precios. En Colombia, indica la entidad, hay sembradas 844.744 hectáreas de café y existen unas 546.382 familias cafeteras ubicadas en 23 departamentos y 604 municipios.
Para conocer la historia y diferentes aspectos del grano, que por muchos años ha beneficiado al país, conversamos con Luis Aguilar, consultor económico quien fue decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia y director de la Oficina de Información Comercial de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
Sobre la llegada del café a Colombia, el profesor Aguilar dice que existen varias versiones. Una de ellas es que fueron los holandeses a comienzos del siglo XVIII quienes lo introdujeron a sus colonias en Surinam, y de allí vino a nuestro país y a Brasil.
Asimismo, señala que en 1730 los padres jesuitas, que tuvieron mucha importancia en el desarrollo colombiano antes de que fueran expulsados de nuestro territorio, empezaron a cultivar el café en las zonas de los dos Santanderes. En 1835, se empezó a exportar café y en 1870, se envió una cantidad importante a los países europeos y a los Estados Unidos. Para finales del siglo XIX la producción había pasado de 60.000 sacos a más 600.000.
“Dentro de esa historia del café tal vez es importante tener en cuenta que, en 1927 se fundó la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), que fue muy importante en el desarrollo del país. Esta entidad cumplió durante muchos años el papel que le tocaba efectuar al Estado, en el sentido de preocuparse por la educación y la salud, en las zonas cafeteras”, afirma Aguilar.
También cuenta que la FNC recogía impuestos de las exportaciones del café. Esos gravámenes los distribuía en la región cafetera, y que por eso es una zona muy desarrollada. Todavía lo sigue haciendo a través de lo que ahora se llama la Contribución cafetera, pero es un porcentaje pequeño.
“De pronto todo eso es parte del proceso de la reducción de la producción del café, el cual no necesita mucha tecnología. Esas zonas se fueron industrializando y pasándose a otros tipos de cultivos. Probablemente sean más rentables y por eso el café se trasladó a muchas otras regiones como Huila, Tolima y Cauca.
Sobre las cualidades del café, Aguilar señala que dentro de las muchas especies hay dos que sobresalen: arábica y robusta. Colombia solo produce café de la especie arábica, aunque se consume café robusta en los cafés solubles. Gran parte de ese café robusta es importado desde Vietnam, que es el mayor productor de esta variedad.
“El café es un producto que se encuentra en las exportaciones tradicionales. En este momento representa el cinco por ciento de las exportaciones totales del país. En el año 2000 representaba el 11 por ciento. Eso es normal en el desarrollo de los países. Colombia no es un ejemplo de cómo se ha ido cambiado la producción agrícola a producción industrial, sin embargo, se ve que la reducción del café es drástica porque antes representaba el 11 por ciento”, asegura.
El petróleo, dice, sigue siendo la medida de estas exportaciones, que en el 2000 representaba el 32 por ciento. Ahora exporta el 40 por ciento del total. Las exportaciones colombianas se han pasado a otros puntos agrícolas y a la manufactura.
Entre los problemas que tiene la producción del café, Aguilar dice que hay que tener cuidado con algunas enfermedades, en particular con la broca. También destaca las investigaciones que realiza el Centro Nacional de Investigaciones de Café (Cenicafé). En los años setenta, según el economista, el país produjo lo que se llamó la variedad Castillo, la cual aumentó mucho la productividad porque era un producto al que no le caía la roya. Eso fue un gran logro tecnológico, resalta.
“Para la recolección del café, la mano de obra disponible se ha reducido notablemente. Eso también es un resultado normal del desarrollo económico de los países, porque ya la gente tiene otros tipos de trabajo. Colombia recoge su café manualmente y esto es una limitación en el mediano plazo. Por su parte Brasil no tiene ese problema porque lo hace mecánicamente, pero si tiene dificultades por el clima”, concluye Aguilar.
Un gremio consolidado
En esta celebración también conversamos con el ingeniero agrónomo Carlos Armando Uribe, director de Asuntos gremiales de la Federación Nacional de Cafeteros. Durante muchos años interpretó al profesor Yarumo, en remplazo del desaparecido y carismático Héctor Alarcón Correa quien fue el primero en encarnar a este querido personaje.
“En el año 1835 se exportaban los primeros sacos producidos en la zona oriental, desde la aduana de Cúcuta, Eso quiere decir que es muy importante para el país. El café que se produce en Colombia, fundamentalmente, es para venderlo al exterior. De los 14 millones de sacos que producimos, 13 millones se exportan y un millón queda para el consumo interno”, señala Uribe.
Asimismo, afirma que una cosecha le genera al país, tres mil millones de dólares en exportaciones. Pero también el café es importante para la estabilidad socioeconómica y el tejido social que se construye. Son 546 familias cafeteras, 750 mil empleos directos y un millón 500 de empleos indirectos.
“Internacionalmente hoy los precios pintan muy bien: un dólar con sesenta centavos. Algo que es muy importante, es que el café colombiano es reconocido con una prima extra por su calidad, que hoy está en cincuenta centavos de dólar por libra. Entonces con este estimulo, según la bolsa de Nueva York estamos en dos dólares el precio de una libra de café promedio.
Además, cuenta que este año el panorama es alentador porque Colombia produce un café arábigo y en Brasil, que también produce este mismo tipo de grano, su reducción de café va a estar alrededor de unos 13 o 15 millones de sacos, por los rigores del clima.
Sobre el consumo interno, Uribe dice que: “hace tres años estábamos en 1.8 kilos por persona al año. Hoy estamos en 2.2 kilos. Un brasileño consume 5 kilos y un costarricense casi lo mismo. Por su parte, Países Bajos está alrededor de 10 kilos. Finlandia es el mayor consumidor con 12 kilos por persona al año. Aquí estamos aprendiendo a tomar café de alta calidad. Juan Valdés ya está distribuyendo café en todas las tiendas de barrio”.
Sobre la producción, comenta que el país ha cambiado mucho. Antes el primer departamento era Antioquia y Caldas estaba en el segundo lugar. Hoy el primer productor es Huila, le sigue Antioquia, luego Tolima. Caldas ocupa el cuarto lugar y Cauca el quinto. El sur del país se está llevando los primeros lugares, pero todo el año y en todo el país se sigue produciendo un café de calidad.
A pesar de que el grano según los analistas llegó a ser uno de los principales productos de exportación, también ha pasado por situaciones críticas como la broca, la roya y los fuertes veranos. “Aunque hay liderazgos dentro del gremio con posiciones diferentes, todos están unidos bajo un mismo propósito: el bienestar de los cafeteros colombianos”, comenta Uribe.
Por eso, un día como hoy se conmemoran varios hechos: los 94 años de la Federación Nacional de Cafeteros, y los 10 años de que el Paisaje cultural cafetero de Colombia, fuera declarado como Patrimonio de la humanidad.
“Esa institucionalidad con todas las organizaciones que tiene la Federación, la investigación, la distribución, las cooperativas, la garantía de compra, la publicidad y la promoción, han facilitado esa consolidación. Pudimos vencer y pasar épocas malas, regulares y buenas. También vamos a superar esta pandemia. Todo esto se debe a una organización muy consolidada y muy unida a través de los años”, puntualizó Carlos Armando Uribe.